Cara y cruz para las cofradías de Avilés en Jueves Santo

Las cofradías avilesinas vivieron este Jueves Santo las dos caras de la Semana Santa. Durante la mañana, el tiempo respetó a la Cofradía de El Beso de Judas, que pudo completar su marcha sin problemas. Sin embargo, la lluvia provocó durante la tarde que la procesión del Silencio viviese un recorrido más breve para tristeza de los queridos sanjuaninos. Ambas citas compartieron la multitudinaria asistencia de fieles.

La Cofradía de San Juan Evangelista vivió uno de los momentos más tristes para los cofrades como es no poder cumplir todo el recorrido. Después que San Nicolás celebrase la Cena del Señor con la solemnidad acostumbrada, los sanjuaninos se prepararon para salir.

Con cerca de un cuarto de hora de retraso sobre el horario previsto, el levantamiento del paso de la Tercera Palabra fue seguido por una multitud en la plaza de Álvarez Acebal. En esos primeros momentos, ya comenzaba a gotear.

Después de todo un Jueves Santo sin rastro de lluvia, salvo cuatro gotas a lo largo de la tarde, todo apuntaba a que el clima respetaría a la procesión del Silencio. Iniciaron su recorrido con miembros de la Asociación de Reservistas haciendo escolta de honor a la Tercera Palabra, tras la que procesionaban el párroco de San Nicolás, Alfonso López, y el sacerdote avilesino Ángel Villaboa, capellán de la Cofradía y que había predicado en la Cena del Señor.

Pero sucedió lo contrario. Las lluvias hicieron acto de presencia cada vez con más intensidad. Con la procesión ya en la calle de La Fruta, los sanjuaninos tomaron la decisión más dolorosa: acortar el recorrido por la calle de San Bernardo y regresar a San Nicolás. La procesión del Silencio vivía una versión acortada por las inclemencias del tiempo. A ver si mañana respeta las procesiones previstas.

Todo lo contrario a lo vivido por El Beso de Judas, que durante la mañana del Jueves Santo procesionó con normalidad. Es, además, la única de las cofradías locales que ha podido recorrer las calles todas los años desde su fundación en 2008, según recordó el párroco de San Nicolás, Alfonso López en su exhortación antes del inicio del recorrido, sobre las 12.30.

El tiempo respetó a la más joven de las cofradías avilesinas. Cientos de personas contemplaron el paso de sus capuchones negros, incluso sin abandonar la mesa donde se disfrutaba del vermut. A las 12.30, el párroco de San Nicolás y consiliario de la cofradía, Alfonso López, se asomó a un balcón de la casa rectoral para una breve exhortación al público y a los propios cofrades. Recordó la figura del que fuera párroco de San Nicolás, Ángel Garralda, destacando que de todas las cofradías de la parroquia, El Beso de Judas es la única fundada cuando Garralda se encontraba al frente de la parroquia. López tampoco se olvidó de citar a otro de sus antecesores, Juan Antonio Menéndez, que también fuera obispo auxiliar de Oviedo y titular de Astorga hasta su fallecimiento, como ejemplo de los «amigos que tenemos en el Cielo».

Y es que, para López, lo sustancial de la hermandad que ayer recorrió las calles de la ciudad es que «pone en valor la amistad», destacando el ejemplo de los cofrades que con su recorrido por las calles de Avilés aportan «luz y esperanza» al mundo. Terminada la predicación, el sonido de la matraca marcó el inicio de la marcha, con la banda de tambores retumbando con ritmo fúnebre y llenando a las calles de recogimiento y solemnidad a pesar del gentío que la llenaba.

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