Carla Vall i Durán, abogada experta en violencia machista: «Vemos con preocupación que la violencia de género se está trasladando a la vicaria»
«Todos los profesionales que intervenimos en el sistema judicial debemos tener formación que nos capacite para acompañar a las víctimas»
Carla Vall i Durán (Vilanova i la Geltrú, 1989) es abogada y criminóloga, especialista en seguridad pública y políticas públicas para la prevención, abordaje y ... reparación de violencias machistas y contra la infancia. Además, fue letrada de la acusación particular del primer caso de violencia vicaria extrema de Cataluña. Estos días participa en el Campus Feminista de Avilés.
–Impartió ayer la charla 'Nuevos retos en las violencias de género: violencia vicaria y violencias sexuales', un tema amplio y complejo.
–Sí, el encargo que tenía era de hablar de las violencias de género en la actualidad y estamos viendo que hay dos picos, no en sentido de que haya un incremento, sino una mayor atención y que cada vez se denuncia más. Me parecía muy importante hablar de esto y de la violencia vicaria porque hemos visto que ha habido un desplazamiento de las violencias de género a este tipo de violencia, sobre todo en los casos de mujeres que son madres y se quieren separar.
–¿Han aumentado los casos o hay más ánimo de denunciar?
–Hay una distinción. En las violencias sexuales no creo que haya más casos sino que se denuncia más, pero en las violencias vicarias sí que estamos viendo un repunte de los niños asesinados por sus padres y es porque ha habido un cambio desde hace unos años en las dinámicas de las violencias de género. A la hora de ejercer el daño han encontrado una nueva vía para amedrentar a las madres.
–Respecto a la violencia vicaria, ¿es algo que las instituciones, la sociedad y los medios de comunicación están entendiendo o se podría abordar mejor?
–Creo que hay mucho todavía por hacer y se debe tener en cuenta la protección de la infancia. Hay una labor pedagógica de muchos medios de comunicación, pero hay otros que lo están tratando como una cuestión de pulso ideológico donde no importa la protección de infancia sino el debate de si la violencia tiene género o no. Es evidente que las estadísticas son muy claras, el 90% de los homicidios son a manos de hombres y esto afecta a la infancia. A la hora de ofrecer protección todavía hay una reticencia a que se suspenda el régimen de visitas y que un maltratador no puede ser buen padre.
–Otro de los ejes de su charla ha sido la violencia sexual. ¿Ha notado cambios en el tratamiento legal y social de este tipo de violencias tras movimientos como el #MeToo o el caso de 'La Manada'?
–Yo creo que sin duda ha cambiado casi todo desde que empecé. Las mujeres podemos identificar cada vez más violencias que incluso se han tenido por romantizadas en algunas situaciones. Cada vez tenemos más claro qué es el consentimiento, qué limites no se deberían rebasar, y el seguimiento mediático que se hizo plural del caso de 'La Manada' permitió a la población entender cómo funciona un procedimiento e impulsó un cambio legislativo con la ley del 'Sólo sí es sí'.
–¿Qué opinión le merece esta ley?
–Es la primera ley integral que tenemos en relación a las violencias sexuales. Más allá de la reforma penal y de los grandes titulares de las revisiones de sentencias pienso que por fin tenemos una herramienta que nos permite tener un control más integral de las violencias y que nos permite tener también centro de atención en crisis más allá de la atención en urgencias y tener la posibilidad de impedir al agresor que replique el relato acusando a las víctimas de mentirosas. El debate que se ha tenido a nivel social del cuéntalo, el 'hermana yo te creo', nos ha permitido entender que lo que nos ocurre a cada una es algo que nos pasa por ser mujeres en el Estado español y al final este secreto es una historia común.
–Ha sido una de las cosas positivas de las redes sociales.
–Exacto. La posibilidad de conectar las unas con las otras es súper valiosa y nos ha servido mucho para darnos cuenta que no estamos solas, salir de la situación de silencio y de vergüenza y además entender que somos muchísimas, desde tocamientos en el transporte público, acoso al volver a casa... Cuando tienes una narrativa común hay un poco de reparación colectiva. Estamos haciendo una enmienda a la totalidad de estrategias de generaciones pasadas, que era como 'esto mejor te lo callas', ya no compramos este ideario.
–Desde su experiencia como abogada penalista, ¿cuáles son las barreras a las que se enfrentan las víctimas dentro del sistema judicial?
–Creo que hay un cliché relacionado en cómo es un abogado y me encuentro aún con situaciones en las que hay revictimización o cuestionamiento a las víctimas y es muy importante acabar con esta parte y que todos los profesionales que intervenimos en el sistema de justicia tengamos la formación que nos capacite para acompañar de forma correcta. No tiene que depender de la sensibilidad sino de la capacidad para prestar apoyo.
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