Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo: «Hay que meter una marcha más en la transición verde porque nos la estamos jugando»

María Calvo, presidenta de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) recordó la estrecha relación entre «descarbonización y competitividad», toda vez que las industrias sucias terminarán quedando fuera del mercado. La presidenta de FADE instó a la administración a agilizar la burocracia de los diferentes planes de ayuda y apuntó que el proceso de modernización de la industria debía servir para abordar otros lastres de la economía española como la menor competitividad.

Calvo aseguró que España podía ser un lider europeo en las industrias renovables, pero que era necesario terminar con la «inestabilidad regulatoria», al tiempo que reclamó que Red Eléctrica debía asegurar el suministro.

Carlos García, director de la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN) destacó que el pasado año, por primera vez en décadas, la generación energética de Asturias no había podido satisfacer la demanda de la región, donde hasta un 67 por ciento depende la la industria. García alertó sobre el rechazo social a las nuevas inversiones tecnológicas. Desveló que los diferentes estudios que han hecho evidencian que ese rechazo no es mayoritario, aunque reivindicó la necesidad de una estrategia para concienciar a a sociedad de la necesidad del cambio.

Por su parte, José Luis Alperi, secretario general del SOMA-FITAG-UGT, reivindicó la tradición industrial asturiana. «Hemos conocido una Asturias minera, energética e industrial. Y lo seguirá siendo, aunque sean totalmente diferentes a la actual». En ese proceso de transformación, Alperi reivindicó la necesidad de «garantizar un empleo digno».

El lider sindical también reivindicó el diálogo social como una de las fortalezas de la región y defendió la necesidad de aprovechar las características de Asturias como ventajas competitivas. Así, aludió al agua de las minas, que puede servir para generar energía hidráulica y también para refrigerar los grandes almacenes de datos, uno de los sectores con más futuro en la sociedad digital.

Por su parte, Eduardo Sánchez Morrondo, presidente de Compromiso Asturias Siglo XXI, reivindicó las aportaciones de la diáspora asturiana para impulsar el debate social sobre la transición ecológica. En ocasiones, pueden aportar las ideas de éxito en otras regiones. Así, citó el caso de Escocia donde, antes de implantarse la plataformas de eólico marino en el mar de Norte, se difundió «parroquia por parroquia» la necesidad del sistema. Y es que, recordó «la transición ecológica es un proceso complejo», donde es necesaria la colaboración de toda la sociedad.

Carlos Paniceres, presidente de la Cámara de Comercio de Oviedo, resumió en cinco puntos las líneas estratégicas para avanzar en la descarbonización. El primero es definir una regulación clara y que aporte seguridad jurídica. «Es algo más importante que dar subvenciones», apuntó. El segundo punto es asegurar una «financiación para las pymes, en ocasiones excesivamente compleja». El tercer elemento de su reflexión es ofrecer a las empresas «un acompañamiento institucional activo» durante este proceso, recordando el potencial en este campo de las cámaras de comercio. El cuarto punto es la necesidad de garantizar el suministro energético y, en quinto lugar, incentivar la innovación asentar todos los proyectos de sostenibilidad.