José Luis Guijarro
«Estamos contentos con la matrícula, rondaremos los 60 alumnos, tanto de Asturias como de fuera. Por eso hemos cambiado a una ubicación mayor»
La llegada de la Universidad Nebrija a Avilés será una realidad a partir del próximo mes de julio con la celebración en el Palacio de Camposagrado del Curso de Coleccionismo y Arte Contemporáneo, una primera toma de contacto antes de que desembarque el Grado en Enfermería, previsto para el curso 2026/2027. El director de esta formación artística hace un balance muy positivo antes de su inicio.
–Este Curso de Coleccionismo y Arte Contemporáneo es la primera toma de contacto de la Universidad Nebrija con Avilés. ¿Por qué se eligió esta ciudad?
–Este es un curso que se venían realizando en Santander de la mano de la Universidad Menéndez Pelayo, pero este año el Instituto de Arte Contemporáneo y la Asociación de Coleccionistas Privados de Arte Contemporáneo 9915 plantearon cambiar su colaboración y empezar a realizarlo junto a la Universidad Nebrija. Es cierto que en un primer momento se pensó hacerlo en Madrid, pero ya que está programada la llegada a Avilés de la Universidad, se creyó que sería una buena manera de empezar a abrir boca y tener presencia en la ciudad de la mano de un convenio de colaboración. Creemos que Avilés es una ciudad con mucha tradición cultural, tiene festivales de literatura, danza, música y un teatro muy relevante como es el Palacio Valdés. Por eso vemos este curso como algo complementario a toda esa oferta cultural.
–¿Cómo está yendo el ritmo de las inscripciones y las matriculas para participar en el curso?
–Pues en ese sentido estamos muy contentos porque está yendo muy bien. De hecho cambiaremos de sede y en vez del Palacio de Balsera lo haremos en el auditorio del Palacio de Camposagrado porque necesitamos un espacio más amplio del que estaba previsto. Por el ritmo de matriculación, pensamos que participarán unas sesenta personas, a las que hay que sumar los expertos y ponentes. Pensamos que ha tenido tan buena acogida porque es una propuesta que no se limita sólo al curso presencial con las ponencias, también tenemos visitas a exposiciones muy interesantes.
–¿Qué perfiles detectan entre las personas que se están apuntando al curso?
–Hay de todo, desde estudiantes de la zona y de fuera de Asturias, a público más senior vinculado al coleccionismo y al arte contemporáneo. También hay muchos asturianos que tiene relación desde alguna perspectiva con el arte, pero estamos viendo que es un público muy heterogéneo y creemos que eso es bueno porque este curso está planteado para que sea accesible. Es cierto que a veces el arte contemporáneo parece muy teórico e indescifrable, pero nosotros tratamos de dar facilidades y hacerlo más accesible y práctico.
–Van a contar con una amplia representación de asturianos entre los expertos que participan en esta primera edición.
–Desde luego, en todas las mesas redondas hemos tratado de incorporar a alguien del contexto asturiano porque no queríamos llegar desde Madrid sin involucrarnos con Asturias y con Avilés. Tenemos nombres como Luis Feas, Aurora Vigil-Escalera o Virginia López, entre otros. Además, el último día del programa habrá un encuentro con artistas asturianos de tres generaciones. Involucrar a expertos locales es una pauta que teníamos clara desde el principio.
–Madrid es el epicentro nacional del arte contemporáneo, ¿cree que se conoce el talento asturiano en la capital?
–Desde luego que sí. Se conocen mucho a los artistas de Asturias en Madrid, sobre todo porque hay muchas galerías asturianas que tienen una participación constante en ferias y festivales. Es verdad que Madrid se come cada vez más a otras ciudades en el mercado del arte y por eso artistas y galerías tienen que tener un pie aquí obligatoriamente.
–Para quienes no las conozcan, ¿quiénes son las dos entidades que organizan el curso junto a la Universidad Nebrija?
–Por un lado está la Asociación de Coleccionistas Privados de Arte Contemporáneo 9915 que tiene carácter nacional y trata de fomentar la práctica del coleccionismo y velar por los intereses de sus socios y sus colecciones. Cualquiera puede solicitar entrar y acceder a una red de soporte y consejo. Son importantes porque hay que fomentar el coleccionismo, sobre todo entre las generaciones más jóvenes. Hay que enseñar que coleccionar arte no es solo gastarse mucho dinero, con pequeños desembolsos es posible crear esta práctica. Luego el Instituto de Arte Contemporáneo tiene delegaciones en casi todas las comunidades y trata de velar por los intereses de instituciones, personas y organizaciones, asegurando que haya buenas prácticas en el sector.
–'La cuestión del gusto' es el tema central que articula esta primera edición. ¿Qué diría que es eso del gusto exactamente?
–El gusto es un concepto fundamental en la historia del arte, muy ligado a la mirada y a la capacidad de los artistas para representar la realidad. Pero con la llegada del siglo XX estas cuestiones de que la mirada es el único criterio para juzgar una obra se rompen porque hay arte político, moral, social o ecológico. Esto permite hablar del gusto en un plano más teórico, pero también en un plano práctico porque el gusto está presente en muchas de las relaciones del mercado del arte. Y es muy subjetivo. Solo cuando en una galería eligen a un artista o una institución adquiere una obra ya está legitimándolo.
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