«Dirigir la 'Marcha Radetzky' es como dar un beso por primera vez»
Mañana volverá a dirigir un concierto de Año Nuevo con el que la Orquesta Sinfónica de Avilés quiere sorprenderIván Cuervo Director de la Orquesta Sinfónica de Avilés
C. DEL RÍO
AVILÉS.
Domingo, 31 de diciembre 2023, 00:25
Iván Cuervo Fernández afronta por sexta vez el Concierto de Año Nuevo, tras debutar al frente de la Orquesta Sinfónica de Avilés el 1 de ... enero de 2018. Era una cita que faltaba en la agenda festiva de la ciudad y que sin duda era reclamada porque desde aquel año el público siempre ha respondido con entusiasmo, agotando las entradas a los pocos días de salir a la venta.
-¿Cómo recuerda aquel primer concierto? Aunque era una apuesta más o menos segura, era novedoso en Avilés.
-Tienes la duda de si va a funcionar. Y al principio estás preocupado por si serás capaz de reunir a todos los músicos, ya que, aunque fueron alumnos del Conservatorio Julián Orbón, la mayoría está fuera de Asturias y algunos incluso de España. Pero en poquitos días fuimos capaces de ponernos de acuerdo.
-Era algo que faltaba. ¿No?
-Sí, por supuesto. Hay que tener en cuenta la tradición que tiene Avilés con el Conservatorio (él es profesor de clarinete en él). Siempre ha habido muchísima cantera y muy buena. Tenemos fama. Cuando te paras a echar números, ves la cantidad de alumnos que han salido y se dedican profesionalmente a la música. Al final fue fácil reunirlos porque había muchas ganas. Acaba siendo como el reencuentro con su familia y con los amigos por Navidad.
-¿La formación es estable?
-El 90%. A veces hemos tenido que hacer algún cambio porque algún músico no puede viajar ese año.
-¿Esa estabilidad lo facilita todo, no?
-Claro porque acabamos el concierto y quedamos ya para el año siguiente. Nos empezamos a organizar en octubre en el grupo de WhatsApp y el que no pueda ya lo dice. A partir de ahí nos ponemos en marcha.
-Empiezan pronto. Se ve que el concierto ya está consolidado en la programación...
-Sí, hay que hacerlo así para ir pensando en el repertorio y saber con cuántos músicos contamos para que a principios de diciembre esté todo más o menos organizado. Ahora es mucho más fácil porque ya tenemos un rodaje y desde el Ayuntamiento ya cuentan con el concierto como un evento más de la programación navideña. Ahora mismo no lo quitarían por nada del mundo. Es un concierto al que asiste el público con mucho cariño, es algo nuestro.
-¿Cuánto ensayan?
-Hacemos tres ensayos: el 28, el 29 y el 30. Los dos primeros en el auditorio de la Casa de Cultura y el último, ya en el Teatro Palacio Valdés, que este año además abre el patio de butacas al público y las invitaciones están agotadas.
-¿Es el concierto de Año Nuevo de los que crean afición a la música clásica?
-Sí, claro que crea afición. Pero yo, como músico, cuando alguien me dice que no entiende de música clásica siempre digo que nadie entiende. La música clásica te gusta o no te gusta. Mucha gente es reticente hasta que va y disfruta con el concierto y eso es todo lo que tiene que entender.
-¿Cambia mucho el repertorio respecto a años anteriores? Usted habla de 'hits' de valses y polkas.
-Intentamos buscar un repertorio conocido y que sepamos que a la gente le va a gustar porque no vas a tocar la Sinfonía de Mahler. Jugamos con esa carta, que el repertorio esté compuesto por piezas conocidas y alegres, pero lo cierto es que empieza a ser difícil porque después de tantos años los 'hits' se van acabando. Aunque ya es tradición que terminemos con 'La boda de Luis Alonso', que es una zarzuela muy viva y alegre.
-¿Y la 'Marcha Radetzky'?
-Bueno, vale, esa es la propina. El bis.
-¿Fue en Avilés la primera vez que la dirigió? ¿Qué se siente al dirigir una pieza tan emblemática?
-Sí, fue en Avilés la primera vez. Y la primera vez es como la primera vez que das un beso. Lo estás viendo y escuchando toda la vida hasta que de repente te ves tú interactuando con el público y tocando las palmas. Todos los años es algo muy especial. Aunque a lo largo del concierto hago unas pequeñas pausas y hablo con el público para fomentar esa cercanía y también para que los músicos puedan descansar.
-Siempre intentan también ofrecer alguna sorpresa. En este 2024 estará el tenor Gaspar Braña.
-Sí, todos los años metemos un solista de violín, violonchelo, un mezzosoprano,..., y este año va a ser un tenor. Creo que va a gustar mucho.
-Tiene que resultar difícil pensar en alguien o más bien cuadrar agendas.
-No es nada fácil, cierto. En esta ocasión, antes de saber que iba a ser Braña, yo me planteé dos piezas: 'No puede ser (La tabernera del puerto)' y el 'Nessum dorma'. Luego contacté con Tino Varela, director de la Ópera de Oviedo, y le conté lo que me apetecía hacer en Avilés. Fue él quien me sugirió el nombre de Gaspar Braña.
-'Nessum dorma' es la música que utiliza un perfume muy conocido en su anuncio. ¿Ayuda la publicidad a popularizar la música clásica?
-No nos damos cuenta, pero constantemente estamos, y más en este mundo tan digitalizado, escuchando música clásica a lo largo del día. No sólo en anuncios, también en películas.
-Ustedes los músicos no podrán trasnochar demasiado en Nochevieja...
-(Risas). El primer año el concierto de Año Nuevo fue a las 12 del mediodía y, aunque era una hora muy bonita, estaba prohibido salir. También es cierto que al público le rompe un poco el día, por eso decidimos ponerlo por la tarde.
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