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Llueve sobre mojado y el reto demográfico que tanto el Principado como el Ayuntamiento tienen muy presente en sus agendas va a necesitar mucho ... trabajo y esfuerzo a tenor de las mermadas cifras de nacimientos que cada año arroja el Hospital Universitario San Agustín. El centro cerró el año pasado con 582 nacimientos, nueve de ellos de gemelos, la cifra más baja desde que se tienen registros. Son 22 menos que el año pasado y 44 menos que en 2022.
Es cierto que no todos los bebés y niños que residen en Avilés han nacido en la ciudad, pero también lo es que el Hospital Universitario San Agustín es el centro hospitalario de todo el área sanitaria III, por lo que es de suponer que algunos de esos 584 neonatos vivirán en Cudillero, el Bajo Nalón, Castrillón, Corvera o Carreño. De hecho, conforme al padrón municipal, el año pasado se inscribieron en Avilés 372 niños frente a los 597 nacimientos registrados. En 2022 fueron 358 y en 2021, 341.
Estos números distorsionan la forma de pirámide con la que habitualmente se representa de forma gráfica la población de un lugar, con la base más ancha por los nacimientos y una cumbre en pico por los fallecimientos. En Avilés hace tiempo que dejó de tener esa silueta. Con el saldo vegetativo (la diferencia entre alumbramientos y muertes) en negativo desde hace años, el grueso de la población en la ciudad tiene entre 40 y 64 años. A principios de 2024 la ciudad tenía empadronadas a 21.186 personas con más de 65 años de edad, más de una cuarta parte de su población total mientras que la población menor de edad suponía el 14% del total de empadronados.
La inestabilidad laboral y la precariedad económica se apuntan siempre como los dos principales motivos no solo de la baja natalidad sino también del retraso en la edad media de la mujer para dar a luz. Sin embargo no se deben desdeñar los cambios de prioridades de una generación para la que procrear ya no es prioritario. Cada vez son más las mujeres que deciden no tener hijos y quienes los tienen no suelen tener más de uno o dos. La media de hijos por mujer en España en 2022 era de 1,16.
La única forma de lograr incrementar la población en general y la infantil en particular pasa por atraer residentes, pero como siempre la posible solución siempre es más fácil sobre el papel. Las bondades que la alcaldesa vende sobre Avilés, como la 'ciudad de los 15 minutos' porque es el tiempo medio que se tarda en cruzar, no logran convencer a una juventud que aunque tenga su centro de trabajo en el Parque Empresarial del Principado de Asturias (PEPA) prefiere vivir en localidades como Gijón o urbanizaciones como La Fresneda. El tráfico en la Y por la mañana no deja lugar a duda.
Las cortas distancias que hay en Avilés son un atractivo pero no es el único y, teniendo en cuenta que el concejo no es el único preocupado por el descenso de población, el municipio tendrá que jugar sus mejores cartas si quiere seducir a quienes se trasladen por trabajo o por cualquier otro motivo. En los acuerdos de concertación social que el gobierno local firma con los sindicatos se recoge el objetivo de atraer población desde hace varios años y no será diferente en el 'Avilés Innova' suscrito para desarrollar de 2025 a 2028. Bajo el epígrafe 'Avilés para vivir y trabajar' se engloba un plan de atracción de población y una campaña de promoción.
El porcentaje de población que sí crece es la extranjera, que experimenta un aumento progresivo y alcanza ya al 5,2% del total de personas empadronadas en la ciudad, según datos de la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei).
La población no crece, sin embargo en 2024 aumentó la venta de vivienda (más de mil transacciones el año pasado) porque la ciudad resulta atractiva, por sus precios y por su cercanía al mar, a ciudadanos de comunidades del interior, principalmente Madrid, pero también a extranjeros. Se supone que son segundas residencias para periodos vacacionales y para el descanso una vez alcanzada la jubilación. Por lo tanto, la radiografía de la ciudad puede sufrir aún un gran cambio.
A falta de que se cierren los datos del padrón municipal, en los primeros ocho meses del año 2024 se registraron 2.313 altas frente a 2.162 bajas. Estas cifras hacían presagiar entonces que el número de nacimientos podía dar una alegría a final de año, pero la realidad es tozuda y parece que los buenos datos macroeconómicos no tienen su reflejo en las economías familiares, reduciendo de nuevo los alumbramientos.
Según Sadei, Avilés inauguró 2024 con 75.351 habitantes. A falta de datos más actualizados, la misma fuente fija el crecimiento real en -8,71%; el saldo vegetativo, en -6,22% y el saldo migratorio, en un -2,49%. A pesar de que este saldo sea negativo, la población inmigrante es la única que crece y representa el 5,2% del total de personas empadronadas en la ciudad.
El precio de la vivienda concentra a este colectivo en Jardín de Cantos y en La Maruca, donde se registra un 10,8%. Son 168 personas de un total de 1.555. A Jardín de Cantos le sigue el centro de la ciudad y Versalles, con un 8,4% en ambos casos. Se trata de zonas bien comunicadas, pero donde abundan las casas sin ascensor y que, por tanto, pueden tener precios más bajos, que podrían atraer a la población foránea.
En Bustiello hay un 7,6% de población inmigrante y en La Magdalena se alcanza un 6,8%. Un dato algo superior al 6,2 que se da en Sabugo y al 5,9% al que llegan en El Nodo.
En el resto de barrios el porcentaje de personas empadronadas que proceden de fuera de nuestras fronteras se encuentra por debajo de la media del municipio. En El Quirinal apenas llegan al 2% y en Las Meanas son el 3,8%.
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