La incertidumbre sobre los daños al horno genera la máxima tensión en Saint-Gobain

El futuro del horno float de Saint-Gobain en Avilés sigue sin despejarse después de que durante la noche del viernes al sábado la estructura dañada tuviese comportamientos que no esperaban los técnicos que dirigen las reparaciones. Ello no ha alterado el plan de trabajo, que sigue con el objetivo de terminar de asegurar hoy domingo la estructura y evitar su derrumbe. Posteriormente, se abordará su reparación.

El acceso a la zona se encuentra controlado y se realiza bajo estrictas medidas de seguridad. Nadie sabe cómo puede evolucionar la situación y se quiere evitar daño a los equipos que trabajan en el área

Un horno float como el de Avilés funciona de manera constante. Nunca se apaga, tan sólo se puede reducir su actividad de manera progresiva para evitar daños a la estructura. Ahora mismo se combina ese proceso para poder acceder a la zona dañada con la máxima seguridad al tiempo que se trata de afianzar la estructura. Sin embargo, los comportamientos «inesperados» de algunos elementos han incrementado las medidas de precaución. Y también la incertidumbre porque se desconoce lo que puede pasar.

Y es que aún no se ha dado una explicación sobre el incidente y la evolución del equipo. De ahí la presencia constante en la fábrica de los equipos directivos, además de integrantes de los tres sindicatos del comité de empresa (CC OO, Soma-Fitag-UGT y CSI) y la sección sindical de USO.

La producción del horno que no alcanza la calidad mínima se aprovecha para su recuperación como calcín, mientras que aquella que alcanza un mínimo aprovecha se utiliza. De esta manera, se mantienen los turnos habituales y el calendario de trabajo no ha sufrido ninguna alteración.

La dirección de Saint-Gobain ya ha transmitido su voluntad de reparar el horno, pero los técnicos hasta el momento no han podido determinar las causas de lo ocurrido.

Todo esto alimenta la sensación de incertidumbre en la plantilla. El pasado año, Saint-Gobain invirtió cinco millones de euros en la reparación del equipo que ahora atraviesa esta crítica situación, si bien fuentes de la compañía apuntaron que la cifra pudo ser más elevada.

A lo largo de los últimos meses, se han producido diferentes incidentes que, tal como ha venido denunciando el sindicato CSI, reflejaban que la reparación no había solucionado los problemas estructurales del float.

Según explican los trabajadores de la compañía, en la vida final de un float se suceden averías por los daños que ha sufrido su estructura interior.