Mariví Monteserín: «En el primer trimestre de 2025 se presentará la Nebrija»

–¿Comienza el año con temor a que la crisis de Arcelor afecte directamente a Avilés?

–De Arcelor hay que estar siempre pendiente, como de otras grandes industrias que nos afectan muchísimo. Nosotros estamos acostumbrados a vivir en una especie de línea quebrada, en momentos en que estamos muy eufóricos porque hay cosas que salen muy bien y momentos en que hay quiebras y entonces entramos en una situación muy débil. Vino el hachazo de Alcoa y luego llegó el impulso de Windar, que a lo mejor incluso es mejor que lo que teníamos. Creo que cuando se cierra una puerta, se abre una ventana de oportunidad y ahí estamos.

–¿Qué ventana espera que se abra tras el cierre de Sekurit?

–Pues estoy segura de que se puede dar un impulso a Glass. Las oportunidades no vienen solas, hay que trabajarlas, hay que estar en contacto con los empresarios, con las empresas, con las multinacionales y hay que decirles dónde está muchas veces esa oportunidad. Ahí hay una cosa en la que se está trabajando muy bien, muy coordinadamente, que es con el crecimiento de las zonas logísticas del puerto para dar servicio a estas nuevas industrias que sin duda son una parte importante del futuro de la ciudad. O sea, que acabamos un año en el que estamos teniendo esa impresión de que al habernos dotado de un ecosistema innovador y que ya se conoce, empieza a ser realmente valorado por la industria privada que ya está apostando por venir aquí y formar parte de nuestro ecosistema innovador.

–Hace justo un año confiaba en que este mandato pudiese estar hecho el proyecto y licitado para eliminar la barrera ferroviaria. ¿Hoy piensa lo mismo?

–Sigo esperando que esté el proyecto hecho, que esté la financiación definida y en licitación. Yo creo que es muy necesario porque la ciudad cerraría una cremallera que la separa de la ría y abriría un lugar de espacio de uso público. Sería una de las cosas más bonitas que le podrían pasar a Avilés, junto con la recuperación de la muralla que va a empezar ahora. Por fin superaríamos la huella de una industria y de un desarrollo que fue muy positivo unos años, pero que nos causó muchos problemas también. Sería la guinda de toda esa transformación de la ciudad.

–Otro gran proyecto para 2025 es la llegada a la ciudad de la Universidad Nebrija, sin embargo está teniendo problemas para encontrar una sede.

–Estamos trabajando muy intensamente y he de decir que es una universidad extraordinaria y yo creo que vamos a ser una sede de la universidad y que va a tener mucho futuro en Avilés porque estamos trabajando, y estoy segura de que vamos a llegar a un buen entendimiento en ese sentido, y que próximamente, en el primer trimestre de este año, se hará la presentación de ese proyecto y se verá que apostar por Avilés merece la pena.

–Otra de las grandes crisis de la ciudad es el comercio y parece que nunca vive su mejor momento.

–Es un problema que nos preocupa mucho y que también hemos trabajado mucho con fondos europeos, por un lado, para que nuestro comercio se modernice, se digitalice, esté en el espacio general de las redes, y que pueda tener otros canales de comercialización que no solo sean a pie de calle. Nosotros tenemos una ventaja, que tenemos muchos comercios autóctonos que no son de grandes cadenas comerciales o franquicias. Es un comercio con cierta personalidad propia, y creo que tenemos que explorar y explotar mucho eso, convertir toda la zona peatonal en una superficie comercial ciudadana y hacer que los comercios cada vez presenten sus productos y sus comercializaciones de la mejor forma.

–Quizá faltan relevos frente a tantas jubilaciones.

–Las jubilaciones son un momento crítico y ahora estamos diseñando programas para que se pueda dar una alternativa y el objetivo es que la ciudad siga teniendo la habilidad de ser una atractiva porque sus calles tienen actividad y tienen cosas que ofrecer al que vive y al que visita. Una ciudad sin comercio es una ciudad sin vida, y, por lo tanto, eso es cosa de todos. Y a lo mejor hay que buscar alternativas, porque hay zonas comerciales que no pueden, por las razones que sean, tener atractivo, y, a lo mejor, se pueden convertir esos espacios en viviendas o en alternativas de otro tipo de negocios que ahora mismo están en pisos y que pasen a formar parte de la superficie de la ciudad. Y todo eso hay que trabajarlo bien y con mucha colaboración de todos.

–¿Cómo valora las tensiones que ha habido en el gobierno local de coalición recientemente?

–Son propias de las tensiones de un gobierno que no es unipolítico, en este caso hay tres partidos y así es imposible que no se den circunstancias de tensión en algún momento. Y además, yo diría que esa tensión también es necesaria en cierto modo.

–Se ha criticado especialmente a la edil de Festejos. Los portavoces de PSOE e IU incluso se opusieron a algunas de sus decisiones públicamente.

–Bueno, pues unas veces le toca a la de Festejos y otra a otro concejal. Yo creo que siempre tenemos que vivir con la tensión de mejorar todo aquello que es mejorable, porque no siempre se hacen las cosas con total perfección. La tensión de mejorar las cosas tiene que estar permanentemente en un equipo, sea de un partido o sea de tres partidos, y a eso es a lo que nos tenemos que entregar. ¿Han estado mal las luces o alguna otra cosa? Pues para el año que viene vamos a emplearnos a fondo para que estén mejor.

–Por edad podría haberse jubilado antes de afrontar este mandato. ¿Por ahora tiene en mente seguir el próximo?

–Yo soy una persona que se adapta muy bien a todo, tengo esa suerte, me adapté a vivir en Madrid, a vivir aquí, a ir y venir todas las semanas en su momento, me adapté a trabajar en organismos internacionales, y estoy ahora en este espacio local fantástico y maravilloso. Yo creo que vivimos en uno de los mejores lugares del mundo, después de haber conocido muchos países y muchos territorios, y pienso que merece la pena luchar porque esta ciudad cada vez esté mejor.

–Entonces no nos va a dar una sorpresa a mitad de mandato.

–Me parece que no (risas). Yo sé que a la gente le gustan mucho los cambios y las sorpresas, pero no, yo tengo un compromiso, y ese compromiso dura hasta 2027 y hasta el 2027 estaré aquí. Y si me preguntas más allá, pues yo no tengo una bola de cristal, ya veremos a ver lo que pasa.