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No faltó quien se acercó a caballo hasta la ermita de Taborneda para recibir la bendición.

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No faltó quien se acercó a caballo hasta la ermita de Taborneda para recibir la bendición. OMAR ANTUÑA

Nuevos tiempos, viejas tradiciones

Las parroquias de Llaranes, La Magdalena y la ermita de Taborneda celebran durante el domingo bendiciones de animales domésticos | La celebración de San Antonio Abad, conocido popularmente como San Antón, cobra auge en la comarca

FERNANDO DEL BUSTO

AVILÉS.

Lunes, 21 de enero 2019, 04:20

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San Antonio Abad fue siempre un santo muy venerado en una sociedad agraria como la asturiana. Aunque está considerado como el padre del movimiento monástico y su patrón, en Asturias se le venera especialmente como protector de los animales domésticos. De ahí que en su onomástica, cada 17 de enero, se celebrase una bendición de los animales domésticos que resultan un elemento fundamental para las familias.

Sin embargo, la progresiva urbanización de la sociedad motivó que San Antón fuese perdiendo adeptos, aunque en los últimos años en la comarca comienza a registrase un incremento de interés por el popular abad. Los animales dejan de ser una parte fundamental para el sustento de las familias, pero se convierten en una parte más de ellas.

La ermita de Taborneda es el epicentro natural de este renacer que se puede entender por la creciente presencia de las mascotas en la sociedad urbana. Algo lógico, habida cuenta que San Antonio Abad es su advocación. El párroco de Illas, Ceferino Fernández, acude el domingo posterior a San Antón a la bendición de los animales, que se realiza a la una y media de la tarde, después de las misas en San Julián, en La Callezuela, y San Jorge de La Peral.

El mal tiempo desluce las celebraciones, especialmente la que tuvo lugar en Illas

Es una bendición masiva, a la que todos los años acuden jinetes con sus monturas. En esta ocasión no faltó un poni. El mal tiempo deslució la celebración y los fieles tuvieron que abrir los paraguas para resguardarse del fuerte aguacero.

La bendición de San Antón de Taborneda ha ido creciendo año tras año desde la recuperación de la ceremonia hace una década. Lo cierto es que desde el primer momento siempre ha sido respaldada por los vecinos, a pesar de jornadas de mal tiempo como la de ayer.

También hubo más celebraciones en Avilés. En Llaranes, Alfonso Abel celebró la bendición en la misa de las once en la parroquia de Santa Bárbara. Un gran número de fieles del barrio acudió con sus mascotas. A los habituales perros y gatos, se unieron las jaulas con los pájaros.

Alfonso Abel ya había celebrado la bendición por San Antonio en su anterior parroquia, en Santa María La Magdalena y, en su primer año como vicario en Santa Bárbara de Llaranes-Santa Teresa de El Pozón ha decidido mantener un rito que tiene una gran acogida entre los fieles, especialmente entre los más jóvenes.

Su sucesor al frente de La Magdalena, David Cuenca, mantuvo la tradición también ayer, que comenzó con una pequeña reflexión con los niños del catecismo sobre los animales y el necesario respeto que se les debe tener. Posteriormente, se ofició la bendición en una celebración donde los más pequeños de las familias cobran un gran protagonismo ya que suelen acudir junto con sus mascotas.

Queda por ver si el próximo año la devoción por San Antón sigue ganando adeptos por el arciprestazgo.

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