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La conocida como 'regla de las tres R' (reducir, reutilizar y reciclar) parece cumplirse en Avilés. Al menos, en las dos variables que ... se pueden cuantificar: la reducción y el reciclaje. El año pasado fueron 31.253 las toneladas de residuos derivadas a Cogersa frente a las 31.819 del año anterior, lo que supone un descenso del 1,8% e incide en la senda descendente que se inició ya en 2017. A falta de conocer los datos del padrón, en principio cabría atribuirlos a un menor consumo y, por lo tanto, a un menor desperdicio. Es un dato positivo porque esta reducción del número de toneladas rebaja la factura que desde el Ayuntamiento de Avilés se abona al consorcio autonómico que gestiona la basura de los concejos asturianos y que ronda los dos millones de euros al año.
El 24,41% de estas 31.253 toneladas (7.629 toneladas) se recicla de manera separada, es decir, son los desechos que se depositan en los contenedores amarillos (plásticos, latas y envases en general), verdes (vidrio), azul (papel y cartón) y marrón (restos orgánicos). El resto, lo que se deposita en los contenedores grises, supone las 23.623 toneladas restantes y esa cantidad se redujo en 2024 un 4% respecto al año anterior (24.639).
Tipo de residuo Toneladas Variación respecto a 2023
1 Orgánica 896,50 69,36%
2 Envases ligeros 973,34 -2,04%
3 Papel -cartón 1.717,46 2,38%
4 Vidrio 1.141,81 4,63%
5 Vegetales y estiércol 1.005,82 -7.50%
6 Muebles 778,91 -0,47%
De todos los epígrafes, el aumento en la recogida selectiva más significativo se registró en los residuos orgánicos, que subieron en un año un 69%. Esto se debe principalmente a la extensión del contenedor marrón, pero también da una idea de que conforme se vaya sensibilizando a la población el número de toneladas de basura orgánica puede seguir aumentado. Si en 2023 se llevaron a la planta de tratamiento 529 toneladas, el año pasado fueron 896.
El Ayuntamiento está totalmente volcado en el objetivo de aumentar estas cifras, lo que redundaría en una rebaja de la factura que se abona a Cogersa. «El reciclaje de los residuos orgánicos es coste cero si tiene menos de un 20% de restos impropios. Existe una tarifa intermedia si se detecta que en esos residuos se cuelan entre un 20 y un 40% de impropios, por los que se cobra la mitad de la tarifa. Si tiene más, se considera ya 'fracción resto' y se pagan 80 euros por tonelada», explica el concejal de Medio Ambiente, Pelayo García, que valora de forma positiva los datos de recogida separada de residuos sin alzar las campanas al vuelo.
El edil cree que las campañas de reciclaje y la extensa red de contenedores puesta en marcha están cumpliendo su función, pero que aún hay mucho camino por recorrer. «Estamos haciendo un esfuerzo en la recogida orgánica, pero tenemos una capacidad de mejora importante. En los datos se ve que la fracción resto es más pequeña y eso supone que estamos avanzando en los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030 y en el cumplimiento de la Ley de Residuos», analiza.
Para ello se van sucediendo las campañas de concienciación y estos días precisamente «estamos contactando con grandes productores de residuos para darles facilidades (cubos, bolsas,...) y que puedan reciclar. Sobre todo a los que trabajan con frescos, cuyos restos son más fáciles de depositar en un cubo». De manera paralela, Ecovidrio está llevando a cabo una campaña con los bares ofreciendo una recogida puerta a puerta.
Además de la fracción orgánica, también creció, aunque de manera mucho más contenida, la recogida de papel y cartón y la de vidrio, un 2,38% y un 4,63%, respectivamente. Cayeron la de envases (-2%), la de vegetales y estiércol (-7,5%) y la de muebles (-0,47%). Este último porcentaje no parece muy significativo, pero en el análisis que realiza el concejal de Medio Ambiente lo enlaza directamente con la tercera de las 'R': la reutilización. «En nuestro servicio de recogida de enseres a domicilio observamos que hay muchos más enseres desechados que antes, pero logramos recuperar muchos de ellos y que sean reutilizados, fomentando así la economía circular», explica.
Es un comentario extendido que en la planta de tratamiento de residuos de Cogersa no se recicla todo lo que los ciudadanos depositan por separado en los contenedores de recogida selectiva. En opinión del concejal de Medio Ambiente, Pelayo García, esto no es así y estas afirmaciones, que él también ha escuchado, se corresponden con «campañas de desprestigio», cuya intención no acierta a adivinar más allá de la difamación en sí misma. «Si se visita la planta de tratamiento de Cogersa, se ve perfectamente el sistema de reciclaje», asegura.
Le parece que, además, hacen un daño que repercute negativamente en toda la sociedad puesto que gestionar la basura tiene un alto coste y cuanto más se recicle, más se abarata esa factura. Por ejemplo, los 7.629 toneladas de residuos separados recogidos el año pasado (frente a los 7.180 de 2023) suponen un ahorro de 600.000 euros «que se pueden dedicar a prestar otros servicios».
En el reciclaje de papel y cartón, envases y vidrio se lleva trabajando muchos años y el aumento del porcentaje en la recogida de estos materiales viene más por el aumento del consumo que por la adhesión de nuevas 'mentalidad recicladoras'. Es importante seguir trabajando en ello, pero ahora el mayor esfuerzo se está haciendo con la fracción orgánica. El alto crecimiento registrado en 2024 (8,83%) se debe a la extensión de la red de contenedores. Ahora hay que convencer a la población de que separe y tire sus residuos ahí. En 2017 se recogieron 107 toneladas y en 2018, 319. La cifra se mantuvo en los 300 hasta el año pasado, cuando subió hasta las 896,,5 toneladas.
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