Windar desmantelará casi la mitad de las naves y la maquinaria de la antigua Alcoa

Una vez recibido el visto bueno del Principado con la publicación esta misma semana en el BOPA del cambio de titularidad, la aprobación del Plan de Medidas Urgentes y la modificación de la autorización ambiental pertinente, ahora Windar podrá solicitar las licencias necesarias en los ayuntamiento de Avilés y Gozón.

Según se contempla en el plan de actuación presentado por la compañía, Windar prevé el desmantelamiento de cerca de la mitad de todas las estructuras, naves industriales, edificios y maquinaria que componían la factoría de la antigua Alcoa antes de su cierre. Aunque es cierto que el objetivo de la empresa es conservar varias de las naves en la medida de los posible, sobre todo las que tienen un mayor valor patrimonial.

Así, según se especifica en el proyecto, se contempla la demolición de las antiguas naves de serie 1 y varias de las instalaciones y construcciones auxiliares. También se desmantelará el área de fundición de la antigua Alcoa y las naves de limpieza de agujas, área exterior que cuenta con varias naves con una superficie construida aproximada de 2.200 metros cuadrados.

Tampoco se prevé conservar la fábrica de pasta y se contempla el desmantelamiento completo de estas instalaciones y la demolición de los elementos constructivos correspondientes, así como la demolición del muelle de carga y de los silos de alúmina, así como la demolición de las construcciones asociadas a esta actividad.

Asimismo, Windar también tendrá que desmantelar las series de electrólisis 2 y 3, que cuentan entre ambas con cerca de trescientas cubas electrolíticas. Este es un punto crítico dentro del proyecto de desmantelamiento porque se enmarca como una de las prioridades del Plan de Gestión de Residuos que ha tenido que presentar la empresa para recibir el visto bueno de la Consejería de Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico.

Según especifica el documento técnico, será necesaria la desconexión de aproximadamente medio centenar de cubas que se encuentran expuestas, en mayor o menor medida, a la intemperie y a agentes meteorológicos.

En lo referente a los riesgos específicos asociados a las cubas de electrólisis, se detalla que en el momento actual las naves de series 2 y 3 presentan graves desperfectos en su fachada y cubierta. «Especialmente grave es el caso de la nave de cubas de electrólisis de serie 2, donde parte de la cubierta se ha venido abajo, dejando expuestas a las condiciones climatológicas aproximadamente 40 cubas, en las que aún permanecen residuos peligrosos», concreta el documento.

Esto podría conllevar el contacto de estos residuos con agua de lluvia, y, por tanto, el lixiviado de los mismos. De la misma forma, en la nave de cubas de electrólisis de la serie 3, es la fachada sur la que cuenta con la mayor cantidad de desperfectos. Se estima que unas diez cubas en las que aún permanecen residuos peligrosos estarían expuestas a los factores climatológicos. Sin embargo, dado que se trata de una fachada y no de la cubierta, la afección es menor.

Además del control de estos residuos, se hace necesario la retirada de todas estas estructuras para permitir los trabajos bajo las cubas, y que a su vez faciliten la retirada de las barreduras situadas bajo las cubas de series 2 y 3. El plan establece que posteriormente estas barreduras serán trasladadas a un nuevo punto limpio que se ubicará en una de las antiguas naves de series 1 norte.