Los datos de vida real
Los datos de vida real incluyen la información que se recopila sobre los pacientes fuera de los entornos de investigación tradicionales. ¿Pero por qué son importantes? Y sobre todo, ¿por qué cualquier persona que esté leyendo estas palabras debería conocer el concepto?
Cuando un investigador, sanitario o científico, busca conocer una enfermedad o la eficacia de un tratamiento se establece un estricto protocolo para definir las condiciones que deben cumplir los sujetos de estudio, o sea, los pacientes. Personas dentro de un tramo de edad concreto, de determinado sexo, con determinadas condiciones médicas y no otras, con unos hábitos conocidos, que seguirán el mismo procedimiento, durante el mismo tiempo y se someterán al mismo seguimiento. Esta forma de investigación es imprescindible para conocer qué parámetros son causas de la enfermedad y cuáles se deben a variables individuales de cada paciente y probar la eficacia del mecanismo de acción de los medicamentos.
Sin embargo, cuando ya conocemos las causas de la enfermedad o se ha probado la eficacia y el mecanismo de acción de un tratamiento este conocimiento se aplicará a muchas más personas, con características distintas de aquellas que participaron en esos primeros estudios. Personas con otros hábitos, otro sexo o con otras condiciones médicas, por ejemplo, con una enfermedad crónica como la diabetes o la hipertensión.
Esta mayor diversidad es algo natural, los seres humanos somos diversos, y trae consigo la necesidad de realizar ajustes, de recopilar información más amplia en contextos más complejos para mejorar los protocolos y las respuestas científicas a nuestros problemas. La vida real es compleja, y los datos que se desprende de ella también lo son. Por es debemos comunicarnos con los profesionales sanitarios, que pongamos en sus manos esta información, porque con una información más clara siempre se toman mejores decisiones.
