Veinticinco años removiendo la danza
Danza Xixón no ha parado de crecer en montajes y en propuestas en su cuarto de siglo de vida. Este viernes alza el telón a 32 funciones que tocan palos diverso
Es un cuarto de siglo de arte en movimiento, de remover cuerpos y mentes, de mostrar la danza en la calle y en las salas, ... de darle visibilidad a la que siempre ha sido la hermana pobre de la escena, la que menos se programa y más requiere del empujón público. La danza contemporánea encontró hace veinticinco años su lugar de impulso en Danza Xixón, que hoy alza el telón para quedarse y multiplicarse en este mes de octubre en diferentes escenarios. De su mano se ha hecho mayor, se ha hecho más grande y fuerte. Esas 25 velas han sido fundamentales para las artes del movimiento: «Estos años se tienen que notar, yo creo que se reconoce el esfuerzo de programar danza y que algo se ha sembrado en el panorama asturiano», afirma Verónica Rodríguez, jefa del Departamento de Innovación Cultural en la Fundación Municipal de Cultura de Gijón.
Recuerda Rodríguez cómo hace tan solo quince años atrás se programaban tres días y ahora es prácticamente el mes de entero en el que la actividad se dispersa y va más allá de la muestra de los propios espectáculos. «Ahora es algo más amplio, talleres, laboratorios, encuentros con el sector, se ha hecho un esfuerzo para llegar al público en general, no solo con talleres, sino trazando conexiones, con programas como La vida en danza para personas mayores que hacemos en coordinación con Servicios Sociales, la idea es romper con esa idea de que la danza contemporánea es para un público especializado y demostrar que es para todos los públicos», concluye.
Las compañías asturianas y nacionales han crecido en este tiempo, han visto cómo sus espectáculos se hibridaban con otras disciplinas, cómo el flamenco se ha sumado con brío a la danza contemporánea, cómo la edad de los bailarines deja de importar tanto... Hay experimentación y ganas de avanzar en la danza que durante los próximos días tiene su centro neurálgico en el Centro de Cultura Antiguo Instituto, en cuyo patio prácticamente hasta el domingo día 12 habrá algún espectáculo. Pero también en el Jovellanos, en la calle o la Laboral y el Espacio Escénico El Huerto. Se suma además Urban Moves, el primer certamen de danza urbana en este 2025 de aniversario que alía también a las academias de baile asturianas, que crearán una pieza coreográfica junto a Joshua Cienfuegos. Verá la luz en el Danzódromo que cerrará el festival en la plaza del Marqués para compartir espacio entre creadores y públicos.
Son treinta y dos funciones y mucho más, con un nivel artístico muy alto y absolutamente al cabo de la creación contemporánea. Este mismo domingo estará en Gijón Ángel Durán con su premio Max del pasado año bajo el brazo, con 'Cowards', una propuesta de la que es autor y protagonista junto a Yeinner Chicas, con quien da vida a un dúo en torno a la masculinidad que combina danza y teatro. Una pieza para reflexionar sobre la cobardía como deshonra y la incapacidad de los hombres de poder expresar sus dudas y miedos para evitar confirmar su fragilidad que le ha servido a Durán para convertirse en mejor intérprete masculino en los premios teatrales. El domingo sale a escena en el Antiguo Instituto.
Antes, el viernes, la danza tomará la calle en los Jardines del Náutico de la mano de Ana F. Melero y Luna Sánchez con 'Pies de gallina' y ese mismo día la compañía de Elías Aguirre pondrá en escena 'Aurunca', otro de los platos fuertes de este fin de semana, en el Antiguo Instituto. Aguirre pisará también el sábado la calle con 'Flowerheads', que se verá en el paseo de Begoña.
La danzatería
Hay en Danza Xixón una Danzatería que busca ser un espacio de reflexión, de charla, para el encuentro con los artistas participantes y que estos puedan contar y contarse. Ese lugar especial, la sala 3 del Centro de Cultura Antiguo Instituto, es también un lugar para el arte de la mano de un mural de gran formato de Federico Granell y una videocreación que lleva la firma de Paco Nadie. Esas dos piezas se inspiran y conviven con las artes del movimiento y ayer fueron presentadas en un acto que contó con la presencia de Aitor Martinez, director de la Fundación de Cultura.
'Bañistas en Siracusa' es el título de la obra de Granell y 'Durmiendo en la orilla', la de Paco Nadie. En ambas el mar y ese movimiento que es pura danza está presente. Son fruto de un encargo de la Fundación Municipal de Cultura que, en el caso de Granell, le ha sacado de la zona de confort para componer con pintura acrílica un mural de gran formato.
Era para Granell una experiencia inédita, acostumbrado al óleo y al caballete, subirse al andamio para crear un mural de unos cinco metros de altura por nueve de largo. Pero fue grato el trance vivido que le llevó a crear a personajes que se bañan tranquila,mente en una cala de aguas turqesa. El lunes comenzó el trabajo para crear el mural que ha sido un reto para él. «Han sido diías intensos y estoy sorprendido de haberlo resulto bien», dice el creador, que se dejó fluir lo hora de ir creando los personajes y componer en cierta forma una coreografía visual.
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