Joyas de madera que nos cuentan
El Muséu del Pueblu d'Asturies muestra en su recepción once jarras y una artesa empleadas antaño en las casas e ingresadas en los últimos años
Doce piezas de madera, doce joyas entográficas. Son las que se muestran en la recepción del Museú del Pueblu d'Asturies, que configura con ... ellas la exposición '¡Toca madera! Últimas adquisiciones'. Nos cuentan a nosotros mismos; cuentan la cotidianidad de un pasado ya lejano. Once jarras de diferentes formas y tamaños y una artesa grande con tapa configuran la vitrina preparada para la ocasión, de las cuales cuatro son donaciones y el resto adquisiciones. «Hay varias piezas excepcionales por su tamaño y decoración. Destacan dos zapicas grandes decoradas procedentes del concejo de Piloña, una de las cuales tiene unas decoraciones talladas que remiten directamente a las que se colocaban en arcas y paneras del último tercio del siglo XVIII», revelan desde el museo asturiano, que ha elegido el título para dar valor y vida a la expresión popular que ponderaba las buenas cualidades que tenía esta materia. Versátil en función del árbol, permitía fabricar un sinfín de objetos que nos hacían la vida más fácil, porque transportar líquidos o alimentos ha sido a la largo de la historia de la humanidad una necesidad a resolver que encontraba en el bosque solución rápida. Más en la siempre frondosa Asturias.
1 /
Dicho lo dicho no es extraño que las casas fueran pura madera. En los suelos, en las cubiertas, en los corredores, en las cucharas, los platos y el mobiliario. «La madera es la materia prima con la que durante siglos se fabrica gran parte del equipamiento doméstico, el calzado, los instrumentos musicales y muchas de las herramientas utilizadas para la mayoría de las tareas que se llevaban a cabo en el día a día de la sociedad rural tradicional», señalan fuentes del Muséu, que ve un ejemplo perfecto en los recipientes expuestos, destinados a contener sidra, vino o leche y que se usaban también como medidas. «Según su uso se denominaban jarras, zapicas o canadas. Sus formas van desde una estética más simple hasta las que llevan una ornamentación que permite conocer cómo en aquella sociedad campesina se compaginaba lo útil con lo bello», concluyen en el museo asturiano.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión