La Muestra de Artes Plásticas hace «un elogio a la disparidad» de los creadores
El Antiguo Instituto de Gijón acogió la inauguración de la MAPPA en su 34 edición, que cuenta con obra de siete jóvenes «muy potentes»
«El arte joven» tomó ayer el Antiguo Instituto, gracias a la Muestra de Artes Plásticas del Principado de Asturias que, en su edición ... número 34, llevó al centro cultural de Gijón obra de siete creadores «muy potentes», tal y como los definía el comisario de la exposición, Luis Feás. No hay un hilo conductor que hilvane estas propuestas porque son «un elogio a la disparidad», que empieza a materializarse con las piezas de Alba Matilla. Ella es la ganadora del Premio Asturias Joven de Artes Plásticas y presenta 'Santuario', «un trabajo que tiene como pilar fundamental un videojuego» sobre el abandono patrimonial, que se complementa con unas espectaculares pinturas sobre tela.
Frente a sus obras, se sitúa la 'Gravedad relativa' de Raquel Lobo, que se construye «con treinta tablillas de pintura acrílica», que dan lugar a «una pintura meditativa que se parece al monje medieval que iluminaba el códice».
Es un relato íntimo que deja paso a las pinturas de Jonás San Miguel, el más joven de la muestra. Con solo dieciocho años, utiliza en sus cuadros «las bolas de billar como trasfondo para contar lo que es la vida. Doy importancia a las experiencias y a lo que va ocurriendo que no nos esperamos y que nos hace ser lo que somos».
En sus lienzos las bolas se deslizan, mientras Telva Barriendos ilumina la sala con lámparas «disfuncionales», que hablan de «la esencia del ser humano». Tras sus bombillas, hay mucha vida, igual que tras los trazos de Inés Benito, quien plasma la experiencia de compartir piso, a través del «color y la diversión», que le sirve para resaltar «momentos preciosos» y otros que no lo son tanto como la acumulación de platos en la cocina, que se hace arte. «Simplemente retrato momentos íntimos, del hogar».
De la casa escapa, sin embargo, Andrea Álvarez, quien prefiere salir al jardín y hacer sus piezas con las malas hierbas que crecen en la huerta. Sus hojas y sus tallos van cambiando como los paisajes de Iratxe Esteve, quien explora la noción de paisaje y territorio, la aborda desde diferentes perspectivas y la convierte en materia de investigación sobre los límites y posibilidades de su entorno más íntimo y cotidiano, a través de formatos tan diversos como la propia exposición.
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