Secciones
Servicios
Destacamos
ANA RANERA
GIJÓN.
Viernes, 8 de enero 2021, 01:34
Grado, Avilés, Nueva York, la pasión por el arte, el éxito temprano y la libertad a raudales marcan la carrera del pintor Hugo Fontela quien, a sus 35 años, ya sabe de tocar el cielo a pinceladas. Ayer, charló con Mercedes de Soignie, en un acto organizado por el Aula de Cultura de EL COMERCIO y LA VOZ DE AVILÉS que se transmitió en la página web del periódico.
Fontela sabe bien lo que es emigrar pronto, lo hizo cuando estrenaba los dieciocho y puso más de 5.000 kilómetros de por medio para probar suerte en la ciudad de los rascacielos, convencido de que su vida tenía que estar vinculada al arte. Allí llegó después de haber aprendido de Favila en Avilés y se empapó de su alrededor «sobre cómo pintar y sobre cómo producían sus obras otros».
Después de una década, cruzó de vuelta el charco, porque descubrió que «Nueva York, en ese tiempo, había cambiado». Esta vez, se estableció en Madrid y consiguió el equilibrio de poder volar a Estados Unidos cuando quisiera y estar, a la vez, a muy pocas horas de su tierra natal. Al regresar a España, notó la diferencia en la concepción del arte. Vivir allí como creador no despierta sorpresa, mientras que, dentro de nuestras fronteras, no acaba de entenderse como algo normal. «La gente aquí piensa que es un modo extravagante de vida, porque en España vivir de lo que te gusta cada vez es más difícil».
Una forma de mejorar esa situación, para él, sería apostando por una ley de mecenazgo. «Aquí no existe la convicción clara y pura de que la cultura puede cambiar la sociedad, el lugar donde uno vive, y que puede ser también un gran motor económico», opinaba. Aunque Fontela confía en que esas ideas cambien con los años. «Cuando eso se entienda, será más fácil lograr una ley de mecenazgo que beneficie al conjunto de la sociedad, porque, así, los artistas podrían crear con más libertad y los museos se enriquecerán».
A lo largo de su carrera, Fontela ha ido recibiendo numerosos premios que le sirvieron «de altavoz» en los inicios. Lo mismo que logró con la exposición 'Niemeyer by Fontela', en la cúpula del centro avilesino, en 2011. «Esa exposición fue muy bonita, yo con apenas veitincinco años y Niemeyer en el ocaso de su vida. Además fue un reencuentro con el lugar en el que yo aprendí a pintar», indicaba. Eso sí, en aquellos tiempos, hubo quienes criticaron la juventud del pintor. «La edad es un dato, pero no tiene mucho que ver con el asunto artístico. No creo yo que el talento influya en los años», consideraba.
Su edad, precisamente, le permite tener aún mucho camino por delante para seguir mostrando y demostrando su constante evolución. «Cada vez me siento más seducido por la pintura abstracta, voy hacia la esencia. Yo pinto porque busco que la pintura ocurra», reflexiona.
Hugo Fontela ahora se siente en un momento «muy libre», en el que también tiene un proyecto literario sobre Piñole entre manos. «Estoy escribiendo un ensayo sobre su vida y su obra», señalaba. Aunque las letras no le impiden seguir creando «lo que le sale de los pinceles» y esa es la mayor suerte en la vida de un artista: «La libertad».
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.