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Netflix lleva a Gijón a marzo de 2020
La película 'Infiesto' convirtió los alrededores de Puerta la Villa en un set de rodaje y la Casa Rosada en una comisaría de la Policía Nacional
A. RANERA
GIJÓN.
Viernes, 29 de octubre 2021, 04:24
El trasiego en las inmediaciones de Puerta la Villa ayer era incesante, aunque no era el habitual de la zona, sino que, esta vez, las ... calles aledañas se habían convertido en un set de rodaje. A primera hora de la tarde, los profesionales de la productora gallega Vaca Films se afanaban para que todo estuviera a punto, horas antes de que comenzara el primer día de grabación de la película 'Infiesto' (título provisional), que verá la luz próximamente en Netflix.
Esta historia, escrita y dirigida por Patxi Amezcua y protagonizada por Isak Férriz e Iria del Río, empieza el primer día del estado de alarma. Así que Gijón ayer viajó en el tiempo y regresó a marzo de 2020, aunque, para lograrlo, hicieron falta horas de trabajo y los esfuerzos de unos cuantos trabajadores.
Durante toda la jornada, numerosos camiones fueron descargando los equipos de grabación en La Casa del Café, de la calle del Decano Prendes Pando, local que se convirtió en el centro de operaciones. Este establecimiento no solo sirvió como almacén, también fueron pasando por allí los actores para caracterizarse, antes de escuchar el primer 'acción', que daría el pistoletazo de salida a esta producción que convirtió esta zona de la ciudad en un pueblo minero y la Casa Rosada en una comisaría de la Policía Nacional.
Para conseguir esta transformación, en la puerta trasera del edificio de la concejalía de Urbanismo colocaron un cartel que anunciaba la comisaría, izaron una bandera de España y, enfrente, aparcaron varios coches del Cuerpo Nacional de Policía. Para completar la escena, por la zona se dejaron ver numerosos actores, uniformados como auténticos agentes. Todo eso porque esta película, tal y como adelantó ayer EL COMERCIO, cuenta la historia de dos inspectores que son llamados a un pequeño pueblo minero de la montaña asturiana, donde ha aparecido una joven que llevaba meses dada por muerta. Mientras el mundo se desmorona y las tragedias personales golpean por doquier, los detectives no tardan en darse cuenta de que el virus podría no ser la única fuerza oscura en acción.
Y, para aportar realismo -y asturianía- a la escena, minutos antes de que comenzara el rodaje, varios trabajadores regaron con una manguera la calle Maternidad. Con la lluvia simulada, colocaron también un gran ventilador, para garantizar que ese día de primavera, el viento tampoco faltara en Asturias. Y, alrededor de todo ese montaje, un buen número de gijoneses que, desde el otro lado de las vallas, no podía evitar pararse a mirar lo que allí estaba ocurriendo. No todos los días su ciudad se convierte en un plató de cine.
Fueron muchos los que pudieron contemplar la primera escena que se grabó y que estaba protagonizada por la propia Iria del Río. Ella misma llegaba, por la calle Maternidad, conduciendo un todoterreno, lo aparcaba a las puertas de la comisaría y, tras bajarse del coche, cruzaba a la acera contraria y entraba en la Casa Rosada. No fue fácil. Hubo que repetir varias veces esta primera escena, lo que hizo que cada vez fueran más los viandantes que se iban congregando, atraídos por tal despliegue de cámaras y de seguridad.
Por la noche, continuaban las grabaciones en la avenida de la Costa que estaba previsto que se extendiesen hasta las cinco de la madrugada- en la avenida de la Constitución (entre Juan Alvargonzález y Puerta de la Villa)- y en la avenida de la Costa (entre la calle Mieres y la plaza del Humedal). Marzo de 2020 ha regresado, aunque, esta vez por suerte, una claqueta marca el fin del horror.
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