Los cien años de un Gustavo Bueno muy vigente

Sus libros siguen teniendo demanda y su pensamiento continúa fresco y vivo. Incluso discípulos que no llegaron a conocerle en vida dan nuevos bríos al materialismo filosófico que él alentó. Y, por todo ello, Gustavo Bueno hijo lo tiene claro: «La salud del materialismo filosófico y la filosofía de Gustavo Bueno es sorprendentemente robusta y fértil por la incorporación de autores nuevos y por la dialéctica que se produce con otros que llevan más años».

La vigencia de su pensamiento se advierte con claridad en la actividad de la fundación con sede en Oviedo que lleva su nombre y que se mantiene sin ayudas públicas, más allá de ocupar un local municipal. «No recibir ningún tipo de subvención tiene sus ventajas en una situación política como la que estamos, tan cainita y extremista, porque esa independencia te permite ser absolutamente libre», subraya. Y el pensamiento, qué duda cabe, ha de ser libérrimo.

En la fundación se mantiene la Escuela de Filosofía que celebra sesiones todos los lunes y se editan dos revistas, 'El basilisco' y 'El Catoblepas'. Tienen un gran trabajo en ciernes que va más lento de lo esperado en su momento: la publicación de las obras completas. Se han editado siete volúmenes y se estima que serán necesarios más de treinta para poder dar cabida a toda su producción. Esa cifra no es exacta, porque depende de si esas obras completas incluyen también textos inéditos, conferencias, etcétera.

En todo caso, es ardua la tarea, pero se han hecho ya grandes cosas como la publicación de sus escritos de juventud, junto a una obra inédita de los cincuenta y su tesis doctoral. «Se está publicando en función de la demanda y de la propia venta de los volúmenes», explica Gustavo Bueno hijo, que subraya cómo la venta es muy buena. Se tiran tres mil ejemplares y algunos de estos volúmenes han tenido que ser reeditados para dar respuesta a la demanda. Hay, además, editoriales en Colombia, México y EE UU que están publicando sus libros. Existe el interés del público, de los estudiantes, pero no tanto de las instituciones. Eso advierte Bueno, satisfecho de que la figura de su padre sea actual y válida hoy. «Todos esos libros se están difundiendo relativamente bien en esos países, a precios asequibles, y también en otros países de Latinoamérica», concluye.

Otro ejemplo más de esa solvencia es Youtube. El canal de la Fundación Gustavo Bueno tiene unos 109.000 seguidores. «Hay una demanda objetiva y mucho interés de jóvenes hispanomericanos, ahora en México se están haciendo talleres de lectura de las obras de Bueno que se reúnen cada quince días», relata. No tuvo buen fin la Facultad de Filosofía que se puso en marcha en León, en Guanajuato, en México, en 2016 y que funcionó hasta 2018. Con la pandemia murió el proyecto, pero la universidad sigue vinculada de forma directa con la figura de Gustavo Bueno a través de la Fundación Funiber, con sede en Barcelona y con 40.000 alumnos de forma tanto presencial como en la distancia, pues tienen cinco universidades físicas en México, Colombia y Angola. Hace dos años se suscribió un convenio con la Fundación Gustavo Bueno para que esta se encargara de todos los cursos relacionados con la filosofía. Ellos ponen los textos, los profesores y los tutores y se encargan de toda la parte académica. Desde hace un año hay un curso de experto en 'Fundamentos de la filosofía', en el que ya han tomado parte 150 personas, y está abierta la inscripción para un máster en 'Filosofía del presente'. También junto a la Universidad Iberomericana de Campeche, en México, se está preparando un grado en Filosofía y se prevé poner en marcha un doctorado.

Todo eso y algunas cosas más se hacen desde una fundación que no tiene previsto festejar el centenario de Bueno de una manera especial. Ya lo han hecho en realidad a lo largo del año a través de un curso en Salamanca y la cita que cada año, de la mano de la Universidad de la Rioja, se celebra en Santo Domingo de la Calzada. Allí el propio Bueno hijo ofreció una charla final que sirvió para constatar lo dicho hasta ahora, que esa nave que el filósofo puso en marcha tiene muchos viajeros y múltiples remeros. Su legado filosófico es inmenso y está ahí para alumbrar el pensamiento del presente y del futuro.