«Los poderes, legales e ilegales, juegan con nosotros y casi todo puede pasar»

«La Camorra compraba droga a ETA en Asturias», tituló EL COMERCIO el 9 de febrero de 2011. Y aquella noticia -en la que se desvelaban las conexiones entre la mafia napolitana y algunos narcos 'autorizados' para traficar con cocaína por la banda terrorista- fue la sacudida que Carlos Fernández-Villaverde necesitaba para ponerse a escribir su primera novela: 'Furtivos contra Señores'. Una obra que acaba de salir a la luz tras «dormir durante meses el sueño de los justos en un cajón» en un proceso que se ha prolongado durante casi una década. Porque -como un día le dijo el maestro de la intriga Domingo Villar- «todos los libros tienen su tiempo. Pueden pasar años, pero, al final, siempre vuelven a ti».

Así fue cómo aquella historia revelada por el excapo camorrista Maurizio Prestieri -acusado de treinta asesinatos- al escritor amenazado Roberto Saviano despertó la necesidad de Fernández-Villaverde de bucear en «un submundo oscuro y desconocido en el que se ocultan algunos de los secretos más abyectos; aquellos que, de trascender, harían tambalearse a la modélica democracia española».

«Todo ficción, pero ficción verosímil, porque todo está inspirado en hechos reales», aclara sobre su debut literario este periodista «nacido por accidente en Salamanca» en 1983 y con raíces familiares en Pola de Lena, que vive a caballo entre Madrid y Ribadesella y que firma un trepidante 'thriller' policíaco que se sumerge «en lo más profundo de las cloacas del Estado». Porque en 'Furtivos contra Señores' cohabitan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, el CESID (luego CNI), la clase política, etarras, narcotraficantes, medios de comunicación y empresarios en una trama única en su género. Una intrincada tela de araña tejida por un enigmático personaje llamado Copito de Nieve en la que explora «cómo los poderes, legales e ilegales, juegan con nosotros y casi todo puede pasar». Fuerzas que interactúan entre sí, movidas por intereses particulares y deshonestos, convirtiendo estas páginas en una descarnada crítica social.

Una obra coral con tres partes aparentemente independientes y autoconclusivas que terminan por confluir en un único relato (una de ellas, 'Operación Asturcón', ambientada en lugares como Gijón, Oviedo y Luarca y con un protagonista que habla asturiano) en el que el autor entremezcla un estilo que bebe de los grandes del género, así como de algunas de grandes obras cinematográficas y televisivas de los últimos cincuenta años. De 'El Padrino' a 'The French Connection' pasando por 'Pulp Fiction' o 'The Wire'.

Prepárense a descubrir «qué hicieron a principios de los 90 el CESID, ETA, el cártel de Cali y la Camorra napolitana en Asturias». A preguntarse «si puede uno de los hombres más poderosos del país estar detrás de la mediática desaparición de tres niñas y ocultarlo con la colaboración del propio Estado». Porque «la línea que separa el bien y el mal suele ser difusa».