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Sonsoles Ónega presenta 'Ya es mediodía' en Telecinco y acaba de publicar su sexta novela, 'Mil besos prohibidos' (Planeta). R. C.
«La política es un espectáculo y las instituciones, un escenario»

«La política es un espectáculo y las instituciones, un escenario»

La presentadora de 'Ya es mediodía' publica su novela 'Mil besos prohibidos', en víspera de debutar en el reality 'La casa fuerte' Sonsoles Ónega Periodista

JULIÁN ALÍA

MADRID.

Martes, 2 de junio 2020, 00:08

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Como una premonición llegó el título de la sexta novela de Sonsoles Ónega (Madrid, 42 años). La presentadora, que cada día a las 13.30 horas en Telecinco se pone al frente de 'Ya es mediodía', publica hoy 'Mil besos prohibidos' antes de estrenarse como conductora de 'La casa fuerte', un nuevo reality de Mediaset.

-¿Cómo es posible que precisamente ese título sea aplicable a la situación actual?

-Jamás pensé que podría ser profético. En el momento en el que fue escrita, e incluso entregada a la editorial, no había pasado nada de esto, pero, efectivamente, se ha convertido en una profecía de los tiempos que vivimos, sin besos, sin abrazos, y con más ganas que nunca de hacerlo.

-¿Cuándo decide uno que esta es su última novela?

-Yo lo pienso cada vez que pongo un punto final (risas). Se lo suelo decir a mi hermana (Cristina Ónega), que es la que más padece el proceso creativo. «Recuérdame que no escriba más, por favor», le digo, pero ella me dice: «No podrás hacerlo, y lo sabes». Así que no existe una última novela salvo por imposición de la vida.

-¿Qué le llevó a contar una historia así?

-Tenía muchísimas ganas de sacudirme la complejidad de un amor difícil, y sobre todo interrumpido. Yo creo que si hay algo que nos iguala a los seres humanos es tener un primer amor roto o interrumpido por las circunstancias que sean. A partir de esa idea fui construyendo todo lo demás, y, al ser contemporánea, también me ha permitido hurgar en las costuras de todo lo establecido. La novela, más allá de la historia de amor, pretende reflexionar sobre dos asuntos que personalmente me preocupan: el derecho a elegir cómo morimos, y las consecuencias de todo lo que nos ha pasado como país después de la gran crisis económica y también de valores e institucional que hemos padecido.

-¿Cómo compagina la literatura con su vida laboral en TV?

-Con un poco de sacrificio y muchísima organización. En mi caso, la literatura tiene una parte balsámica total. No entiendo la vida sin escribir, aunque eso no significa que no la conciba sin publicar. Tengo la necesidad de escribir, y cuando lo hago es como el que se va al gimnasio y se mete cuatro horas de 'spinning'. Para mí es terapéutico, y aterrizo en tierra firme. Por mucho vértigo que dé el folio en blanco, al final es un puerto seguro.

-En unas semanas, 'Ya es mediodía' cumple dos años.

-¡Sí! El día 15. Ya teníamos a la criatura más o menos andando cuando surge otro proyecto...

-Además, el domingo presentó una gala de 'Supervivientes'. ¿Fue como una especie de toma de contacto para preparar 'La casa fuerte'?

-Toma de contacto ha sido, porque no lo había hecho. Ni con ese plató, ni con un equipo que sabe hacer tan bien el entretenimiento, ni con un formato parecido...

-¿Por qué se decidió a aceptar la propuesta de un formato tan distinto a lo que viene haciendo habitualmente?

-Porque a un jefe no se le dice nunca que no (risas). Me lo tomé como una oportunidad de explorar un formato nuevo. Yo creo que en la televisión todo es comunicación, desde el informativo matinal hasta el reality que cierra el 'prime time'.

-¿Seguía este tipo de programas, o fue a raíz de la sección de 'Ya es mediodía'?

-Te acercas a las cosas cuando tienes la obligación o la responsabilidad de hablar de ellas. No era una grandísima seguidora de realities, pero es verdad que con la sección 'Fresh' de 'Ya es mediodía' me empecé a acercar a los personajes y a las tramas.

-¿Va ir dejando poco a poco la actualidad política?

-No creo, salvo que me obliguen a dejarlo. No está encima de la mesa para nada. Me sigue pareciendo electrizante la actualidad, y no creo que me aleje de ella.

-¿Y no le gustaría llevar a algún político a una 'casa fuerte'?

-Yo creo que todos ellos deberían proponerse hacer un retiro, preferiblemente sin cámaras, para tratar de encontrar algún punto de acuerdo entre ellos. Y estoy absolutamente convencida de que lo encontrarían. El problema de la política es que se roza demasiado poco, y se habla solo con las cámaras encendidas. No hay espacios de discusión fuera de las salas del Congreso y tampoco del hemiciclo, donde existen decenas de cámaras que lo graban todo, con lo cual, la política se ha convertido en un espectáculo, y, por desgracia, las instituciones, en todo un escenario.

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