Josele García
Este domingo se celebra una edición especial del programa por zonas desconocidas del Teatro Jovellanos y con actuaciones sorpresa
Josele García no lleva treinta años en el Teatro Jovellanos, en Gijón, pero sí veinticinco y desde hace cinco está al frente del ... programa Encaja2, una singular propuesta en la caja escénica del teatro que nació en la pandemia y que se ha convertido en una pequeña joyita de la que muchos artistas quieren ser partícipes. Este domingo, con motivo del 30 aniversario del teatro, se programa un Encaja2 especial con varios pases y muchas sorpresas. El público no sabe ni a quién va a ver ni dónde exactamente ocurrirá el arte.
–Usted no lleva los 30 años pero casi.
–Yo llegué en 1998, pero me acuerdo perfectamente de la reapertura del teatro.
–¿Qué se puede contar de lo que va a pasar hoy?
–Vamos a jugar con la sorpresa, así que poco puedo leer. La gente para empezar va acceder por la puerta de artistas, no por la principal, con lo cual vamos a enseñar ciertos espacios que no están habilitados para el público y en los que vamos a desarollar pequeños conciertos de artistas que han pasado por el ciclo en alguna ocasión, pero no van a saber quién son. El público va a entrar y le vamos a proponer un circuito por distintos espacios donde van a pasar cosas.
–¿Se puede contar algo de los espacios?
–Vamos a trabajar a dos niveles por debajo de la caja escénica.
–O sea, espacios inéditos para el público.
–Sí. Vamos a intervenir los espacios con iluminación no solo donde se haga la actividad, sino todo el recorrido. Nosotros nos pasamos media vida tratando de ocultar cuestiones artísticas y de atrezzo al público, porque queremos que esté focalizado en lo que acontece en la caja escénica, por eso de los cinco niveles de altura solo ve uno y el resto nos sirven para esconder. Lo que ahora vamos hacer es todo lo contrario, es mostrar. Incluso vamos a apoyarnos con algún soporte multimedia para mostrar por ejemplo el peine del teatro, que es donde se cuelga todo el peso, es el último piso.
–Al margen de esto, Encaja2 cumple cinco años.
–Sí, en julio de 2020 arrancó.
–Y se ha convertido en una joya en la que todo el mundo quiere participar.
–La verdad es que sí, el formato está muy cuidado. En la programación que nosotros hacemos solemos fijarnos en los artistas que son un poco maltratados. Atesoran mucha calidad pero no están en los circuitos de los grandes números. Y cuando nos proponen participar intentamos atender a todos, pero en ocasiones tenemos que decir que no. Al principio éramos nosotros los que buscamos y a día de hoy casi el 50% de lo que programamos son propuestas que a nosotros nos llegan.
–¿Es más que un simple concierto para los músicos?
–La parte que nosotros les damos del apoyo de un vídeo promocional para ellos es una herramienta. Ese vídeo pueden compartirlo y los programadores pueden ver cómo defienden su propuesta en directo.
–O sea, que hay Encaja2 para rato, se ha hecho un clásico.
–Espero que sí, que la gente así lo vea y siga teniendo inquietud. Además, tiene un precio simbólico.
–Acabar en la Biblioteca Nacional no es mala cosa.
– Que la Biblioteca Nacional conserve nuestro archivo audiovisual es un respaldo importante.
–¿Qué será la próximo de Encaja2?
–Este semestre quedan dos actuaciones. El martes 20 tenemos a Aluminé Guerrero, que es una artista argentina que defiende su propuesta sola en el escenario, mezcla la tradición de su país con instrumentos orgánicos y electrónicos. Y luego tenemos 'Udolç', un proyecto de dos músicos que viven de Cataluña y rescataron las nanas tradicionales catalanas. Creo que va a ser muy especial.
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