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Ismael Serrano ha hecho realidad «la fantasía de todo músico»: grabar un disco y hacer una gira acompañado de orquestas filarmónicas. El cantautor presenta ... este sábado 8 de marzo en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo su disco 'Sinfónico', un repaso por las canciones más emblemáticas de su carrera con el apoyo, a su paso por Asturias, de la Orquesta de Cámara de Siero.
–¿Este disco es una revisión de su carrera o una mirada hacia adelante?
–Es una forma de hacer balance y de celebrar el camino recorrido. Y convertir en una celebración también el concierto, porque el arreglo sinfónico le da un carácter épico, lo convierte en algo festivo que en momentos un tanto tristes es necesario retomar. Estas canciones se han convertido en versiones más luminosas.
–En un momento en el que la industria se mueve con rapidez y busca el hit viral, sacar un disco como este tiene que ser todo un reto.
–Sí, porque es una producción muy exigente, es caro, son cuarenta músicos. Es un reto que va en la dirección contraria a esos discos que se hacen en estudios caseros con pocos instrumentos reales. Aparte de que es la fantasía recurrente de todo músico que hace canción popular rodearse de una sinfónica. Pero si ya de por sí son canciones largas que requieren una atención diferente, un formato sinfónico pues no sé si ayuda.
–¿Cree que es importante mantenerse firme ante las modas que impone la industria?
–Por lo que hay que apostar es por la pluralidad. La diversidad en la música y en la cultura es algo enriquecedor, lo malo es cuando todo se homogeniza y se pierde contenido. Yo creo en las canciones que hablan de nosotros, que cuentan una historia. Esta propuesta requiere que focalices la mirada en el escenario y te sumerjas en el universo que propone el artista.
–¿Cómo está siendo llevar este disco a los escenarios?
–Difícil, pero es una aventura. En cada lugar tenemos que tocar con una orquesta local porque es inviable viajar con una. Ahora vamos con la orquesta de Cámara de Siero. Eso requiere que vayas antes, que haya que mandar las partituras, ensayar, hacer pruebas de sonido largas, ir un equipo muy numeroso...
–Actúa en Oviedo este sábado coincidiendo con una celebración muy especial, el 8M.
–Este día a los hombres nos pone ante el espejo, nos señala lo mucho que tenemos que aprender aún, en tiempos en los que hay una resistencia reaccionaria a la nueva ola feminista. La lucha feminista es la lucha por un mundo mejor para todos y para todas. Quizá se trate de acompañar de alguna manera un día de reivindicaciones. A nosotros en un día así no nos toca protagonizar.
–¿La música también tiene poder de reivindicación?
–La música es un lugar de encuentro. Y en tiempos donde uno se puede sentir solo, las canciones y los conciertos son lugares donde nos podemos mirar los unos a los otros para entender que no estamos solos cuando soñamos con un mundo mejor. Vivimos en una sociedad que está usando el pesimismo como herramienta política para desmovilizar a la gente. Las canciones son un ejercicio de resistencia ante el pesimismo porque nos conectan y hablan de nosotros, generan vínculos y nos ayudan a recuperar cierta esperanza.
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