El mito hispano de la mujer libre
Carlos Wagner dirige esta producción de la Ópera Alemana en el Rin con la armenia Varduhi Abrahamyan como protagonista 'Carmen' de Bizet cierra la 71 temporada de Ópera de Oviedo desde el jueves
RAMÓN AVELLO
OVIEDO.
Domingo, 20 de enero 2019, 02:08
Georges Bizet (1838-1875), el compositor mejor dotado para la música después de Mozart, tenía pocas dotes de profeta. Tras el estrenó de 'Carmen' el 3 de marzo de 1875 en la Ópera Cómica de París, Bizet escribió: «Fracaso irremediable y definitivo». La fría acogida, las primeras críticas feroces, tanto contra el personaje central como contra el crudo realismo del tema, parecían darle la razón al músico, que muere del corazón y del disgusto dos meses después del estreno. Si hubiese vivido un poco más, habría disfrutado del éxito. En octubre del siguiente año, 'Carmen' triunfa plenamente en Viena. Compositores como Brahms, Chaikovski o Wagner declaran su admiración por 'Carmen'. Entre los intelectuales, Nietzsche, poco menos que enloquece ante esta encarnación de la «supermujer», cuando en 1881, ve en Génova una representación de esta ópera. Nietzsche veía en Carmen la luminonisidad mediterránea, en la que se plasma «el impulso dionisiaco y el espíritu libre y total de una gran mujer». Actualmente, 'Carmen' es la ópera francesa más conocida, y según los datos de Operabase ocupa el tercer lugar en el mundo entre las óperas más representadas. Sólo superada por 'La Traviata' y 'La Bohème'.
'Carmen' llegó por primera vez al Campoamor a finales del XIX, en 1896 con la soprano sevillana Elena Fons, como protagonista. Elena representaba una Carmen bravía y con las manos en jarras. Dentro de las actuales temporadas ovetenses, 'Carmen' estuvo en ocho ocasiones, la primera en 1949. Cantantes como José Carreras, Elena Obratsova, Pedro La Virgen o Vicente Sardinero, dieron su impronta en Oviedo a los personajes de la ópera. Especial relevancia histórica tuvo la 'Carmen' de la temporada de 1957, con Franco Corelli como Don José, y otro Franco (Francisco), como espectador.
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Exotismo español
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En la segunda mitad del siglo XIX, la moda española dominaba Francia Desde los jamones de Trevélez para la emperatriz Eugenia de Montijo, mujer de Napoleón III, a los relatos de viajeros, las arquitecturas inspiradas en la Alhambra o las músicas con giros cadenciales andaluces.
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Elaboración sinfónica
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La orquesta adquiere una importancia capital Tanto en el pintoresquismo español, como en la expresión psicológica de los personajes y en la presencia de elementos temáticos - «ideas fijas o leitmotivs»- que reaparecen en la obra.
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Préstamos asimilados
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La habanera, la seguidilla y la música orquestal del último entreacto proceden de Iradier, una música popular manchega y un polo de Manuel García No es copia ni plagio, sino una asimilación.
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Pasiones a flor de piel
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Tanto en los coros como en las arias y números concertantes hay una búsqueda a veces exaltada y brusca de efectos realistas Eso hace que 'Carmen' sea una ópera que se adelanta al verismo.
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Principales cantantes
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Varduhi Abrahamyan: La mezzo armenia está muy familiarizada con el rol de Carmen. Vocalmente se interpreta por una mezzo o una soprado dramática. Requiere una tesitura amplia, con un registro medio sólido, un color denso, cálido y altas cualidades de actriz.
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Alejandro Roy: El tenor gijonés interpreta a Don José, personaje complejo, con una gran dualidad personal que se refleja vocalmente. 'La fleur que tu m'avais jetée' y los duos con Carmen y Micaela son los momentos culminantes.
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David Menéndez: El barítono de Castrillón da vida a Escamillo, expansivo y triunfador. La Marcha del Toreador o el dúo, con exigencia en el grave, o el dúo 'Si tu m'aimes Carmen' están entre las partes más comprometidas.
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María José Moreno: es Micaela, contraposición a Carmen, y que simboliza inocencia. Papel para soprano lírica, canta una de las arias más bellas de Carmen, 'Je dis que rien ne m'epouvante'.
La ópera de Bizet regresa de nuevo al Campoamor el próximo jueves 24, el domingo, 27, el 30, el 1 -función fuera de abono- y el 2 de febrero, en una producción del Teatro de la Ópera Alemana en el Rin. Bajo la dirección escénica de Carlos Wagner - en Oviedo dirigió 'Sigfrido' y 'El duque de Alba'- y Sergio Alapont al frente de Oviedo Filarmonía y el Coro de la Ópera de Oviedo, estará protagonizada por la mezzo armenia Varduhi Abrahamyan, en Carmen; el tenor Alejandro Roy como Don José; David Menéndez en el papel de Escamillo; María José Moreno (Micaela); Pablo Bataglia (Zúñiga); Anna Gomá; Sofía Esparza; José Manuel Díaz; Albert Casals y Javier Galán. En la representación fuera de abono del Viernes Ópera, los protagonistas serán Roxana Constantinescu (Carmen); Vanessa Navarro (Micaela); Antonio Corianò (Don José) y Germán Olvera (Escamillo).
Sobre la novela de Prosper Mérimée, los libretistas Henri Meilhac y Ludovic Halévy, guiados por el propio compositor quien escribió también algunas letras como la de la famosa 'Habanera', crearon la 'ópera cómica' -opereta que termina mal, decía Bizet- en cuatro actos. La ópera cómica en Francia era un género similar a nuestra zarzuela grande, con textos hablados junto a números cantados, y tramas populares y no históricos o heroicos. De hecho, Barbieri había pensado llamar a lo que luego sería zarzuela, ópera cómica española. A la muerte de Bizet, el compositor Ernest Guiraud reemplazó las partes habladas por recitativos, tal como se representa en la actualidad.
Hay algunas diferencias significativas entre la ópera y la novela. El mundo mágico, demoniaco, un tanto perverso y con algo de furor uterino de la Carmen de Merimée, apenas se trasluce en Bizet, que crea una Carmen proletaria, libre e independiente. Carmen tiene rasgos de la petenera andaluza - «En tus brazos me he perdido/ gracias petenera mía/ era lo que yo he querido», escribió Machado-, la perdición de los hombres, pero no es exactamente la «mujer fatal» decimonónica, sino el personaje femenino y feminista, que en cierto sentido anuncia la liberación de la mujer. Por otra parte, como antítesis de los dos protagonistas, los libretistas de la ópera crean dos personajes nuevos: El Escamillo, personaje dentro de los cánones de la ópera cómica francesa, y Micaela, símbolo de la inocencia y pureza de un pasado que no volverá.
Bizet estuvo siempre fascinado por el exotismo romántico, la inspiración en países lejanos que a veces miraban al oriente -'Los pescadores de Perlas'- y otras a España. El pintoresquismo -toreros, contrabandistas, tabernas y... ¡Sevilla! -, se recoge en la música de Bizet. Pero la genialidad del músico hace que no se quede en el tipismo y color local, sino que lo pintoresco transcienda hacia un realismo, que enlaza el romanticismo con la estética 'verista' del siglo XX.
Musicalmente podemos señalar cuatro características esenciales. La orquestación es un personaje más, en ocasiones independiente de las voces, y que arropa y explica, como en Mozart, a los personajes. La orquesta es también una síntesis de Mozart y Berlioz. De este último toma la 'Idea fija' o lo que Wagner denominó 'leitmotiv', un breve motivo asociado a una idea o a un personaje. El primero y más importante, el motivo del destino, introducido por los violonchelos (re, do# sib #do la) bajo el trémolo de la cuerda, inmediatamente después del preludio inicial.
Bizet poseía el don de la melodía, sin embargo, en Carmen recurre a algunos préstamos melódicos. La famosa habanera está tomada de la canción 'El arreglito', de Sebastián Iradier, maestro de música de la emperatriz Eugenia de Montijo. Pero hay más. El arranque de la seguidilla con la que Carmen encandila a don José, es popular español. El preludio del IV acto es un 'Polo' de Manuel García, el barítono y compositor sevillano, padre de María Malibrán y Paulina Viardot. Todo ello adquiere un impulso definitivo por la fina elaboración de Bizet. Paradójicamente, algunos fragmentos genuinamente hispanos como la canción de los gitanos, son originales en su totalidad de Bizet.
En Carmen, aunque hay auténticas joyas en algunas arias como la de Micaela 'Je dis que rien ne m'epouvante' (Dije que nada me asustaría), predominan los números corales y de conjunto. Incluso intervenciones solistas destacadas, son refrendadas y acompañadas por un coro presente y actuante. Todo ello crea una obra de una abigarrada variedad sobre la que se construyó uno de los mitos hispanos más potentes, y que sigue fascinando a todos los públicos. Chaikovski fue uno de los espectadores que asistió en 1875 a una representación de 'Carmen'. Pese al ambiente desolador, el compositor escribió que esta ópera maestra, que estaba pasando inadvertida, en pocos años será la obra más popular y representativa de la historia. El tiempo le dio la razón.