Niños que juegan a hacer una ópera
Un grupo de alumnos del Centro de Música y Artes Escénicas 4.40 de Gijón preparan una versión de 'La flauta mágica' de Mozart que prevén estrenar en 2020
P. A. MARÍN ESTRADA
Domingo, 10 de noviembre 2019, 01:50
Son las ocho de la tarde y en el aula de danza del Centro de Música y Artes Escénicas 4.40 de Gijón, un grupo de niños abandona sus bromas para iniciar un nuevo ensayo de la adaptación infantil de 'La flauta mágica' de Mozart que Maite G. Heres ha concebido para ellos. Tienen entre 7 y 13 años, son alumnos de esta escuela y forman desde 2017 La Federica Compañía Musical 4.40. Al lado de Maite, Beatriz Sánchez, coreógrafa. Cerca de ellas, Alba Delgado, una de las integrantes del elenco de pequeños artistas. Es la regidora y Papagena. Sentados en círculo están Papageno (Daniel Villar), Pamina (Adriana Cañas), Sarastro (Lola García), Tamino (Jorge Martínez), la Reina de la Noche (Teresa Rodríguez), Monostatos (Adrián Álvarez)y varias damas y genios (Deva Jiménez, Cayetana Martínez, Sara Montoto, Manuel Cañas, Julia Viñuela, María Baragaño y Ángela Remis). Suena la música.
Durante cerca de una hora los cantantes, actores y bailarines de esta singular compañía seguirán con la seriedad y la disciplina de unos auténticos profesionales las indicaciones de Maite, su directora. El ensayo de hoy es un pasito más para que se cumpla el sueño de todos ellos: estrenar esta versión de la ópera de Mozart en un escenario en 2020. Esa es una de las metas de un proyecto comenzado a materializar hace casi dos años con la formación de este grupo de alumnos. «La selección se basó en el compromiso que todos adquirieron de asistir a los ensayos e implicarse en el proyecto», explica G.Heres para quien ·la idea es una compañía profesional de niños, y que ello no solo les nutra o apasione si no que a un público infantil también les atraiga la idea de escuchar ópera interpretada por otros niños.
El objetivo de este proyecto educativo es doble: vivenciar y proyectar los conocimientos adquiridos en la escuela artística, y fomentar en los niños los valores del trabajo en equipo, la responsabilidad y la tenacidad para llegar a un objetivo. «Estamos acostumbrados a que todo sea ya y es importante aprender que las cosas tienen un proceso. Para que salgan bien es necesario trabajar, llevar un orden, rigor», argumenta Maite. Asistiendo al ensayo salta a la vista que nada de eso les falta a estos artistas en ciernes. También -como confirmarán de viva voz- que la experiencia lejos de abrumarles, les divierte. La fundadora de la compañía explica que el nombre de La Federica es homenaje a su abuela: «A los 5 años le dije que quería estudiar música y ella asumió mi deseo hasta que me licencié». Una sensibilidad idéntica es la que comparten los padres de estos niños, asegura Maite. «Sin su involucración esto sería imposible, ya que no tenemos subvenciones». La motivación del elenco está igualmente fuera de duda. Apunta su directora que solo les falta que se cumpla el objetivo para el que trabajan: representar su 'Flauta mágica' en un teatro. «Ahora estamos en ese punto de salida, movilizándonos con orquestas, teatros, instituciones, pero resulta complicado», admite.