Un Piñole que luce invitado en su museo

Es una pieza destacada en esa notable colección de arte asturiano que compuso el Banco Herrero y que, a su fusión con la entidad bancaria catalana, pasó a integrarse en la que esta atesora, más centrada en el arte hecho en esa comunidad.

Según revelan desde el museo, la exposición permanente del mismo muestra la producción de Nicanor Piñole y la relación que este tuvo con el valle de Prendes, la parroquia del concejo de Carreño donde se hallaba la residencia de verano de la familia, la Quinta del Chor, que él mismo llevó también al lienzo. Era un lugar especial y dejó, por lo tanto, huella clara y evidente en su trayectoria pictórica.

Sucede que, además, esa relación con Carreño fue objeto de una exposición que se organizó en el año 1996 dirigida por el histórico director de EL COMERCIO Francisco Carantoña. 'Piñole en Carreño' fue el título de aquella muestra, organizada por el propio Museo Nicanor Piñole, en la que se presentaron algunas de sus obras más complejas y hermosas. Y rodeándolas, los estudios y bocetos «trazados en periodo de tanteo y adivinación previa a la versión final» como dejó escrito el añorado periodista en el catálogo. «Se presenta, como en aquella ocasión, junto a 'Corpus en Carrió' y 'La vuelta de la romería', obras que ofrecen una vista panorámica de la costa del concejo de Carreño y que inciden en la decidida apuesta del artista por la renovación de la pintura de temática costumbrista», aseguran desde el museo.

Llega esta obra al Piñole justo cuando en el Museo Evaristo Valle se muestran también los lienzos que del otro gran renovador de la pintura asturiana conserva la colección del Sabadell, que se han desplazado de Oviedo a Gijón para mostrarse en conjunto con motivo del 40 aniversario de su espacio propio en Somió y el 150 del nacimiento del pintor. La colección, arraigada en la pintura asturiana y con piezas de destacados autores como Carreño Miranda, se halla habitualmente en las oficinas de la entidad bancaria en la ovetense calle Fruela.