La Semana Negra se despide tras recibir a 8.000 personas bajo carpa y miles en todo su entorno
La alcaldesa se felicita del éxito del festival literario, que sitúa a Gijón en el mapa turístico y en el más internacional del mundo de la cultura
Ochocientas personas al día en las dos carpas. Era el aforo máximo de la Semana Negra para estos días que este domingo llegaron a su fin y se cumplió. No fue fácil conseguir acceso a las actividades, que congregaron, pues, a unas ocho mil personas en estos días, según confirmaba Ángel de la Calle, el director del certamen, incapaz de aportar un número certero de cuántas más se han pasado por el mercadillo, la feria del libro o la pulpería. Pero la mirada de cualquier persona que se haya paseado por allí advierte que han sido miles.
No le ha faltado público a la Semana Negra, ni escritores, ni debates intelectuales y sociales. Y eso es lo importante, a decir de la alcaldesa, Ana González, que el domingo acudió a la clausura con un convencimiento absoluto: «La Semana Negra nos pone en dos mapas, el turístico y en el más internacional del mundo de la cultura». Constató González que esta edición de la Semana Negra ha tenido incluso más repercusión mediática en todo el mundo que las anteriores, merced al 'streaming' que ha multiplicado las voces que se dejaban oír en la carpas del Encuentro y A Quemarropa. «La Semana Negra nos sitúa en un lugar importante», reiteró la alcaldesa, quien subrayó que el festival literario asocia el nombre de Gijón «a un acontecimiento cultural» de primer orden, con lo que eso significa. Destacó el gran trabajo del equipo a lo largo de estos días intensos –«gracias, Ángel, por hacerlo tan bien»– y agradeció el comportamiento de los gijoneses, que han sabido adaptarse a los condicionantes que impone la situación de pandemia.
No se sabe qué pasará con la covid el próximo año, pero al cerrar la número 34 quedó clarísimo que el número redondo del 2022 no fallará: «Nos encontraremos en la Semana Negra 35 sea donde sea», clamó Ángel de la Calle, después de propiciar un larguísimo listado de agradecimientos, deteniéndose en citar a cada una de las personas que ha trabajado duro para hacer realidad el festival y también elogiar el apoyo de las instituciones públicas. Las fechas de 2022 ya están elegidas: será del 8 al 17 de junio, en el emplazamiento que el Ayuntamiento ordene.
Parece que hay sintonía con el equipo de gobierno para encontrar acomodo a la nueva edición, quizá de nuevo en el astillero. Pero sabido es que no fue siempre así antes de la llegada de González: «Yo estuve ocho años sin conocer a la alcaldesa de mi ciudad y eso que dirijo la Semana Negra», aseguró De la Calle en referencia al periodo en el que gobernó Foro.
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«Lo hacemos para la gente»
Pullas al margen, tocaba sobre todo agradecer y recordar que muchas personas han trabajado para que la Semana retomara a la calle perdida el 2020 y para que la cultura se acerque a todo el mundo. Sin elitismos de ningún tipo: «Esto no lo hacemos para nosotros, lo hacemos para la gente», concluyó De la Calle.
En 2022 habrá más. Y, si la pandemia lo consiente, mejor. «Ahora vamos a reflexionar y cerrar esto y luego empezaremos a trabajar en una Semana Negra que siempre es sorpresiva y diferente».
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Basi Borrego ha estado tras la mesa de sonido de la Semana Negra desde hace 34 años. Hace un par de meses, a este empleado de Pronorte le tocaba jubilarse, pero pidió retrasarlo lo justo para poder despedirse a gusto del festival. «He estado desde la primera edición en El Musel hasta hoy, a veces en el escenario central sonorizando los grupos, otras en las carpas con las charlas y conferencias», afirmaba ayer tras recibir en la clausura de la Semana Negra el homenaje de sus compañeros.
Ángel de la Calle elogió ese trabajo generoso durante todo este tiempo y le entregó un Rufo. Y él, feliz y contento, sabedor de que estar ahí le ha permitido ver y vivir situaciones mucho más que interesantes. «Como el año pasado por la pandemia fue una cosa tan fea, quise hacerlo este año bien hecho», anota. Y añade: «A lo largo de este tiempo ha habido de todo, conciertos espectaculares, charlas y conferencias de escritores que no se conocían y luego se hicieron grandes nombres», relata Basi.
Alguna lagrimina cayó en el día del adiós, que muy probablemente será solo un hasta pronto. De una forma u otra, Basi volverá.