Scola, de nuevo en Gijón: «Parece que vinimos ayer a jugar y eso es lo bonito»
Luis Scola, Roberto Carvajal y Bill McCammon se reúnen en el Palacio de Deportes décadas después de sus ascensos con el Gijón Baloncesto
Luis Scola sube por el Paseo de los Olímpicos y encara la puerta principal del Palacio de Deportes. Han pasado 25 años desde que ... lo hizo por última vez, cuando jugaba para el Gijón Baloncesto tras haber logrado el ascenso a ACB. Sonrisas, abrazos y una sensación nada más cruzar la puerta. «Está todo idéntico, es impactante», apunta el mito del baloncesto, que empezó su carrera profesional en Gijón. La visita la organiza el Gijón Basket, con su presidente, Enrique García Braña, a la cabeza y con la presencia del concejal de Deportes del Ayuntamiento de Gijón, Jorge Pañeda. El jugador argentino no está solo. Junto a él, otras dos leyendas de la pista gijonesa, Bill McCammon, el técnico del primer ascenso, y Roberto Carvajal, el base que con su juego contribuyó a que hace treinta años Gijón y Asturias pusiesen sus nombres por primera vez en la ACB. «El primer recuerdo que me viene a la memoria es el crujido de las tablas, hacía muchos años que no pisaba una cancha profesional. Nada ha cambiado, parece que vinimos ayer a jugar y eso es lo bonito», apunta el gijonés.
Bill McCammon es el último en llegar. Después de un largo viaje necesitaba reponer fuerzas antes de fundirse en un sentido abrazo con Roberto Carbajal. Entre bromas, no paran de reírse. «Estoy muy ilusionado y emocionado por poder ver a tantos amigos», afirma el entrenador, que esta mañana tomará parte de una mesa redonda en el Centro Municipal Gijón Sur, a las 12 horas, en la que se repasarán los años dorados del Gijón Baloncesto y en la que se darán cita, además de Carvajal y Escola, otros jugadores, técnicos y directivos de todas las épocas de un club que tocó la gloria.
Fotos, autógrafos y muchas sonrisas en una tarde de reencuentros con un pasado glorioso. «Falta un equipo en las categorías importantes. Es una lástima, es una plaza muy bonita para jugar, estuvimos muy bien ese año. Fue un lugar especial para mí por un montón de cosas», sostiene Scola, quien tras su paso por Gijón tuvo una carrera meteórica. Roberto Carvajal se queda con lo que supuso aquel primer ascenso para una ciudad que vio cómo, con un equipo en el que muchos eran gijoneses, también se podía llegar a la ACB. «Fue una bomba inesperada. A la gente le gustaba ver jugar a los chicos de casa más que a gente que al año siguiente ya no iban a estar». Esta mañana, muchos protagonistas se verán de nuevo las caras.
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