Laura Fuertes cae con polémica en el Mundial: «Me han arrebatado mi medalla»

Laura Fuertes saltó al ring del Sportiski Centar Cair de la ciudad serbia de Nis con la idea de esperar las embestidas de Byol Kum An. El plan de pelea funcionaba. La norcoreana se lanzaba a ataques ágiles y contundentes, respondidos con buenas defensas y contragolpes por la gijonesa. «Déjala que venga, no pierdas la posición», arengaban a la gijonesa desde su esquina.

Todo cambió en el segundo asalto. Durante los agarres, algo que ya se había visto en el primer parcial, la norcoreana lanzaba golpes y practicaba llaves que traspasaban los límites del reglamento, como se lo hacía saber el árbitro en varias advertencias verbales. Hasta tal punto llegaron este tipo de acciones que Byol Kum An fue amonestada en un asalto en el que fue capaz de conectar varios golpes contundentes. La asturiana vio cómo en dos ocasiones el árbitro iniciaba el conteo.

En el tercer y definitivo parcial la gijonesa tomó la iniciativa, acertando muchas manos sobre la norcoreana. No fue suficiente, a juicio de los árbitros, para pasar a semifinales. Cuatro puntos para Byol Kum An, una boxeadora que se mete en semifinales después de pasar la ronda previa, y solo uno para una Laura Fuertes, que terminó muy enfadada. La púgil gijonesa se dirigió directamente a una de las cámaras de la organización que cubría el evento y lanzó un mensaje claro: «¡Esto es boxeo, no lucha!», el epílogo a una pelea que pone fin a su participación en el Mundial de Serbia. «El árbitro ha dejado hacer de todo a mi rival: golpes fuera de tiempo, golpearme con el codo... Estoy muy enfadada. Han premiado lo antideportivo y no es justo», añadió en sus redes sociales.

Las quejas después de la pelea no llegaron solo de parte de la boxeadora gijonesa. La propia Federación Española de Boxeo lanzó a través de las redes sociales una publicación muy dura con la labor del árbitro, el colombiano Juan Fernández. El ente federativo era consciente de la «agresividad» de la púgil norcoreana antes de que se iniciara el combate por una plaza en la semifinal del Mundial, algo que ya apreció en el primer asalto.

En el segundo, «la agresividad se convirtió en continuas acciones ilegales», un hecho que lleva a la Federación a cargar contra el juez de la contienda. «Demostró unas cualidades impropias para una competición de este nivel». En su análisis, la Federación Española de Boxeo define además al árbitro como «penoso». No obstante, desde la entidad federativa consideran que «no hubo mala fe» por parte del juez.