Real Oviedo 1-1 Sporting de Gijón: el derbi asturiano se queda en tablas

El Real Oviedo y el Sporting de Gijón se repartieron los puntos en el derbi asturiano que se disputó en el Carlos Tartiere. Una primera parte gris, en la que los rojiblancos estuvieron más cómodos sobre el terreno de juego, dio paso a una segunda mitad en la que se decidió el duelo. El colegiado detuvo el partido durante quince minutos por el lanzamiento de las cartulinas del tifo azul.

El derbi asturiano dejó mejor sabor de boca al Sporting que al Oviedo. Primero porque el reparto de puntos se produce en el Carlos Tartiere, después porque los locales se adelantaron en el marcador y vieron cómo Gelabert empató la contienda cuando menos estaban los gijoneses.

El plan de Calleja funcionó a medias. Dejó, para sorpresa de muchos, a Hassan en el banquillo. Lo reservó para la segunda mitad y revolucionar el encuentro. Lo hizo y lo logró. El exrojiblanco marcó el primer tanto de la noche nada más iniciarse el segundo acto. Definió a la perfección un centro al área que terminó en sus botas para alegría del Tartiere. Hasta entonces el Oviedo no había inquietado a Yáñez.

El tanto activó el derbi. Bien lo necesitaba porque la primera mitad fue soporífera. Tan solo un disparo entre los tres palos entre los dos equipos. Un centro de Cote que se envenenó terminó con una mano de Aarón que evitó el tanto rojiblanco. Fue la acción previa a que el colegiado detuviera la contienda.

Guille Rosas y Cote sufrieron el lanzamiento de bolas de cartón por parte de un sector de la grada. En un primer instante el colegiado dio el aviso por megafonía de que se detuviera el lanzamiento de las cartulinas. La segunda vez que sucedió, mandó a los dos equipos a los vestuarios. Un cuarto de hora de descanso obligado antes de que se reanudaran los últimos cinco minutos de la primera parte.

El descanso le sentó mejor al equipo de Calleja, pero no fue suficiente para llevarse el derbi. Lo cierto es que la segunda mitad de los hombres de Albés es para recibir más de un tirón de orejas. El gol de Hassan es un error de marca de Cote. El extremo estaba completamente solo en el área antes de adelantar a los azules.

Pero los errores no solo fueron puntuales. El centro del campo no se enteró de la fiesta. Nacho Méndez estuvo muy desafortunado mientras que Sibo se creció en la sala de máquinas para bajar los plomos de los rojiblancos. No salía nada en el Sporting.

La mecha de Hassan comenzó a apagarse conforme pasaron los minutos y ni Alemao ni Portillo ni Ilyas fueron capaces de dar continuidad a la efervescencia del extremo azul. Muy motivo sobre el terreno de juego por enfrentarse a sus excompañeros.

El Sporting resistió e igualó el partido en una jugada aislada. Hassan perdió un balón en el centro del campo. Dubasin y Gelabert hicieron el resto. El extremo asistió al mediapunta con un balón entre líneas para que se estrenara como goleador con la camiseta rojiblanca. La locura se apoderó de los poco más de 500 sportinguistas que acudieron al Carlos Tartiere.

El empate es un resultado justo. Si bien la primera parte cayó del lado del Sporting y la segunda fue para el Oviedo, ambos marcaron las pocas ocasiones que crearon. La emoción, la tensión y las imprecisiones se volvieron a apoderar de un derbi que no pasará a la historia por el espectáculo vivido sobre el terreno de juego.

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