«Nunca pienso en hacer historia, solo en dar todo lo que pueda»
«La motivación de haber ganado una medalla te lleva a decir que vamos a por Los Ángeles, pero hasta dentro de unas semanas no lo decidiré»
Alberto Suárez Laso (Oviedo, 1977) se colgó el sábado la plata en maratón en los Juegos Paralímpicos de París. No es una experiencia nueva para ... él. Oro en Río, plata en Londres y diploma en Tokio, este atleta pudo disfrutar en esta ocasión de que su hijo le viese en vivo competir y triunfar.
–¿Cómo se siente después de su tercera medalla olímpica?
–Muy feliz, no solo por mí, también por quienes están conmigo todos los días, como Jesús Álvarez Castaño, que está conmigo en la preparación y estuvo en París todo este tiempo, perdiendo de pasar tiempo con su familia. Esta medalla también es suya. Mi familia, que me aguanta en los buenos y malos momentos, forma parte también de esta medalla, como también muchas personas que me ayudan a entrenar.
–¿Cuántos mensajes de felicitación ha recibido?
–Muchos, es muy ilusionante que se acuerden de ti. Cuando cogí el teléfono en la meta, se había quedado sin batería y eso que lo había cargado toda la noche.
–Ya formaba parte de la historia de este deporte. ¿Siente que ha dado un paso más?
–Nunca pienso en ser historia, solo en intentar hacer lo que pueda, preparar bien las competiciones. Hay veces, como en Tokio, que por una lesión no puedes ser 100% competitivo y es lo que nos fastidia a los deportistas; no ganar o dejar de ganar, sino no poder ser competitivo. Esta vez no hubo parones y pude llegar en plenas condiciones.
–¿Arriesgó mucho en la carrera?
–Por momentos estuve tirando del grupo secundario porque pensaba que me iba a favorecer un ritmo constante más que dejarlo todo para el final. Salió bien y ahora hay que disfrutarlo.
–El recorrido era duro. ¿Le favoreció?
–Estuvimos viendo los planos que nos daban y pensamos que iba a ser un poco encerrona. Había puntos con adoquín, que no era lo más cómodo para correr, pero en carrera fue mejor de lo esperado. Ese día hacía además algo de viento y había que dar un plus. El último tramo, el más bonito, fue duro.
–Varios atletas llegaban con marcas muy parejas. ¿Cuándo sintió que iba a ser medallista?
–Gran parte del maratón pensé que el grupo secundario en el que iba empezaba a partir del cuarto. Sabía que dos habían salido fuerte, pero no tenía claro si un tercero se había unido. Quería pensar más en el ritmo y creer que alguno podía pinchar. Sobre el 25, en un avituallamiento, pregunté y me dijeron que por delante iban dos. En mi grupo éramos tres, así que uno podía tener medalla.
–¿Cómo se gestiona ese momento de carrera?
–El tunecino que iba en mi grupo empezó a flaquear un poco y el ruso aguantó casi hasta el 35. Le empecé a oír una respiración fuerte, pensé que si apretaba lo podía dejar y así fue. Llegando al 35, en el avituallamiento me dijeron que el segundo estaba pinchando. Cerca del Arco del Triunfo vi que estaba adelantando al segundo y eso te da un plus, no pudo aguantarme el ritmo. Llegué a estar cerca del primero, pero no pude seguirle.
–¿Se notaba el apoyo del público?
–Sí, mucho. Había algún punto frío, porque eran zonas menos accesibles, pero en muchos sitios de la carrera había mucha gente que había madrugado para ver el maratón.
–¿Y asturianos?
–Sí, bastantes. Mi mujer y mis hijos, unos tíos, amigos y también muchos españoles.
–¿Llega a Los Ángeles?
–Es difícil contestarlo ahora. La motivación que te da conseguir una medalla te puede llevar a decir vamos a por otro ciclo. Dentro de unas semanas, cuando hayamos descansado y celebrado, volveremos a entrenar. Ahí diremos '¿cuatro años más, sí o no?'. Hay que hablarlo con la familia y con Jesús. Con casi 47 años me encuentro bien, pero el tiempo de recuperación de los entrenamientos ya no es el mismo.
–¿Qué pesa más en la decisión?
–Es un conjunto de todo, familiar, deportivo y psicológico. El plus que te da estar siempre arriba en el 'ranking' es también muy estresante.
–Su hijo ha podido, por primera vez, verle ganar y abrazarlo en la meta. ¿Le anima a llegar a Los Ángeles?
–Cuando se enteró de que Los Ángeles era sede me decía que quería ir, no sé si por verme o por conocer la ciudad (ríe). Si se lo pregunto, seguro que quiere ir a verme competir.
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