«Hay que pensar en el futuro, coger aire y empezar a trabajar»

–¿Cuál es su balance?

–Fuimos con el equipo más grande de la historia. Clasificamos a un montón de embarcaciones y aspirábamos a más de lo que traemos. En la parte que a mí me toca, en el kayak masculino, sabíamos que teníamos el oro a tiro y competimos para ganar. Fuimos valientes, sabíamos que lo teníamos que hacer así y cayó un bronce. Estamos contentos, los alemanes y los australianos también estaban en un momento de forma increíble y en los últimos 25 metros consiguieron pasarnos.

–El piragüismo vuelve a ser el deporte que más medallas aporta el deporte español.

–Y además hay que tener en cuenta que han sido tres medallas, tres cuartos puestos y un montón de diplomas. Estamos en un momento dulce, podíamos haber venido con cinco o seis medallas tranquilamente.

–La competición ha estado ajustadísima en todas las pruebas.

–Así es, el K2 se ha definido por 9 centésimas. El K4, por nada. Es tremenda la igualdad, pero no nos podemos conformar. Hay que pensar en el futuro, coger un poco de aire y empezar a trabajar.

–El diploma olímpico del K4 femenino tiene mucho valor, ¿verdad?

–Tiene un valor tremendo. Es verdad que el año pasado fueron medalla, pero es que está todo tan ajustado, que son detalles muy pequeños los que inclinan la balanza de un cuarto, un tercero o a ganar incluso. El piragüismo femenino está creciendo, hay un proyecto potente y cada vez se nota más, también en la canoa, con Antía Jácome cuarta y el C2 sexto.

–¿Hay que mirar a Los Ángeles con optimismo?

–Sí, sin duda. La Federación va a apostar por un proyecto a cuatro y a ocho años y tenemos que ser conscientes de que esto tiene que ser el principio. Llevamos en un momento muy dulce durante cinco juegos olímpicos ya, pero no nos podemos conformar.

–Nos tienen mal acostumbrados.

–Ya lo sé. Todo el mundo nos decía que íbamos a traer un saco de medallas, pero es muy difícil. Se agradece mucho el apoyo, porque no somos un deporte de masas y que la gente se acuerde de nosotros y nos den una palmada en la espalda de vez en cuando reconforta muchísimo.

–Decía Saúl Craviotto que usted era el entrenador con más medallas olímpicas y se le valora poco.

–Bueno, sí se me pone en valor, lo que pasa que ellos son los protagonistas. Hay que ser consciente de las cosas como son y Saúl, aparte de esas seis medallas, lleva cinco juegos olímpicos, que son 20 años estando en la élite, en lo más alto, algo que muy pocos pueden decir. Tenemos que estar orgullosos de tenerlo con nosotros.

–Independientemente de la decisión de Craviotto sobre su futuro, ¿hay relevo?

–Sí, hay un equipo potente, hay gente detrás. Saúl lo que tiene que hacer es descansar, sobre todo descansar la mente. Él es el dueño de sus actos. Con todo lo que lleva encima no podemos ponerle ni un pero. Que descanse y ya habrá tiempo de hablar de esas cosas.