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María Agra
Cangas de Onís
Lunes, 3 de abril 2023, 03:40
«Al primero que llamé fue a mi padre, que estaba pescando. Digo: «Pa', no sé si no sacaría el campanu'. Y me dice: «Arranca, tira para el precinto». Llamamos y no nos cogían el teléfono, así que fuimos pa allá derechos». José Luis Vega estaba nervioso. Aunque no lo tenía seguro, se imaginaba que podía tener entre sus manos el primer salmón de los ríos asturianos. Y encima en casa. Cuando llegó al precinto de Portazgo, en Arriondas, le confirmaron lo que tanto estaba esperando: efectivamente, era el campanu de Asturias.
Antes de salir a pescar, las expectativas eran bajas. Si bien le motivó un poco haber visto un salmón en el río el día anterior, Vega era consciente de que, para hacerse con el campanu, hay que tener mucha suerte. «Tienes que madrugar, llegar -hoy (por ayer) porque no había gente-, hacer el sorteo, que te toque de los primeros por si hay un salmón, echar la caña y, si lo hay, que te pique y lo saques. Y por supuesto que no se suelte», explicó, emocionado y abrumado por el protagonismo inesperado que recibió durante la mañana. ¿La clave? «Hacerlo sin templar mucho, pero es un salmón pequeño y sabía que no iba a dar mucha guerra. En 6 o 7 minutos ya lo había echado a tierra», apuntó. Los salmones de esas características -algo más de tres kilos y setenta centímetros de longitud- suelen verse a partir del mes de mayo o junio. «Para la época del año en la que estamos, la verdad, es una sardina», bromeó con cierta pena.
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Hace unos años ya había presenciado la captura del campanu en Tempranes, cuando lo pescó José Manuel Mori Cuesta 'el Marqués'. Fue una experiencia muy parecida a la suya de ayer, aunque «la mía más satisfactoria», reconoció entre risas. «Un campanu no se pesca todos los días, y menos el campanu de Asturias». Para este ribereño, sacar el primer salmón «era una ilusión». Tiene 45 años y lleva pescando desde los 8, por lo que esta hazaña supone para él una doble celebración. Pescar el primer campanu del Sella y que coincida con ser también el primer campanu de la región. Pero había algo más: «Estoy más contento todavía porque se va a subastar aquí». Pese a que le llamaron de Cornellana y de Salas, Vega lo tuvo claro desde el primer momento. «Yo soy de aquí y el salmón, aparte de ser el primero del Sella, se queda en Cangas de Onís», presumía con regocijo. Ya tenía asegurado el premio por valor de 2.500 euros del Ayuntamiento, pero faltaba la subasta y, en ese sentido, lo mejor. «Espero que pujen», admitió.
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