Siete participantes atendidos por cortes en los pies en la Travesía de Navidad de Gijón

La Navidad en el aspecto deportivo no sería lo mismo en la ciudad sin la travesía que cada 25 de diciembre se celebrar en el Puerto Deportivo. Es una tradición que la Gijón tiene a gala, tras haber sido la segunda cuidad española en la que sus aficionados a la natación celebran la Navidad zambulléndose en sus aguas, que en el caso de Gijón alguna vez no superó los 10 grados centígrados.

En cada edición siempre hay algún nadador que tiene que ser atendido por cortes en los pies, culpa principalmente los cristales que están depositados durante años en el fondo de la dársena gijonesa. Un problema que no es nuevo y al que las administraciones no han sido capaz de poner remedio. Hace mes y medio, sin ir más lejos, se retiraron 580 kilos de basura. Entre los residuos había latas de refrescos, aparejos de pesca y sobre todo muchos cristales y vidrios de lo que antes fueron botellas y vasos. Ayer, esto pasó factura a varios de los participantes.

Esta edición se celebró con una peculiaridad que dificultaba mucho más el desarrollo de la competición: el nivel de la marea estaba más bajo de lo habitual por lo que desde la barandilla del paseo del recinto náutico podía verse perfectamente el fondo de Puerto y, por lo tanto, el escaso calado para la celebración de la prueba.

Por ello, la mayoría de los participantes y, sobre todo, los que tenían opciones a la victoria, muchos de ellos, nadadores federados que se preparan a diario, tomaron la decisión de salir desde el agua. A otros les pudo la tradición y comenzaron la prueba desde la Rampa de la Barquera, con el consecuente riesgo.

Todas estas circunstancias hicieron que los servicios médicos de la prueba tuvieron ayer trabajo extra, ya que hasta siete nadadores tuvieron que ser atendidos en la ambulancia situada en las inmediaciones de la prueba de los cortes sufridos en pies durante la travesía.

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