Esteban Vallín persigue un sueño

Desde bien pequeño, Esteban Vallín (Colunga, 1975) disfruta en primera persona de su pasión por el motor. Un deporte en el que comenzó como comisario técnico a la temprana edad de catorce años, de la mano de su amigo Pedro Floranes, y en el que, una vez cumplida la mayoría de edad, se puso al volante para hacer sus primeros kilómetros en el autocross, disciplina en la que logró en su estreno el título regional júnior.

Tras más de dos décadas ininterrumpidas, esta temporada ha sacado su licencia número veintiocho como piloto. Con ellas ha alcanzado varios títulos nacionales tanto en rallys como en circuitos. Ahora, el colungués se marca uno de los objetivos más importantes de su carrera: participar en la próxima edición del Rally Monte Carlo, prueba icónica del Mundial de rallys. Vallín quiere ponerse a los mandos de un Peugeot 208 Rally4 junto a su fiel compañero de batallas en los últimos años, el copiloto cántabro Borja Odriozola. «Es un sueño que queremos cumplir y un reto que nos propusimos hace unos años», apunta el piloto, quien ya intentó, sin éxito, correr en Mónaco durante su etapa en Opel España. Tres años en los que cumplió otro de sus objetivos: ser piloto oficial y trabajar directamente con una marca.

El presupuesto necesario para poder rodar el año que viene por las carreteras monegascas ronda los 30.000 euros, una cantidad que busca recaudar gracias a su campaña 'Proyecto Montecarlo 2022', la cual puso en marcha hace dos semanas. «Es un proyecto difícil de conseguir por el presupuesto, pero al final va a ser complicado cualquier año que nos pongamos», indica el que fuera bicampeón del Trofeo de España R2.

Desde un primer momento, Vallín dejó claro que no quiere recibir donativos, sino que todo el dinero que recaude será a cambio de algo. «En mi forma de ver las cosas no entra recibir un donativo para correr el Monte Carlo sin que tenga una contraprestación. De esta manera, si finalmente no conseguimos juntar esa cantidad, nadie nos habrá dado nada gratis», señala.

Dentro de las posibles vías de financiación, aunque en los próximo meses abrirá más, se encuentran dos vinculadas a otras facetas del colungués. Por una parte, los cursos de 'la línea', en los que enseña los conceptos nuevos de conducción de rallys que llegaron con el nuevo siglo. Y, por otra, su pasión por la guitarra, la cual comenzó a tocar hace diez años. Y es que Vallín sacó a la luz, coincidiendo con el inicio de esta campaña, su primer álbum, 'Nordeste', el cual los aficionados pueden adquirir a un precio de diez euros en diferentes puntos del territorio regional y nacional.

Lo que tiene claro el que fuese discípulo de Carlos Sainz, al haber formado parte durante 1998 y 1999 del Júnior Team del piloto madrileño, es que salga adelante o no su objetivo de estar en la próxima edición del Monte Carlo tiene aún cuerda para rato, como demostrará este año en el VolanFAPA. «No tengo nada de ganas de retirarme. Me sigo divirtiendo al volante, por lo que, mientras pueda seguir corriendo, no veo razón clara para dejarlo», apunta Vallín, por cuya mente pasan nuevos retos para el futuro «Me gustaría poder probar en raids, pero no tiene que ser el Dakar, y hacer más rallys de tierra».