
Verónica Fernández, jefa de la Unidad de Coordinación contra la Violencia de Género
«Hoy mismo, en Asturias hay 2.250 víctimas de maltrato, y una de ellas está en riesgo extremo»Secciones
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Verónica Fernández, jefa de la Unidad de Coordinación contra la Violencia de Género
«Hoy mismo, en Asturias hay 2.250 víctimas de maltrato, y una de ellas está en riesgo extremo»Antes comenzar su jornada laboral ya habló con la delegada del Gobierno en Asturias. Le contó a Adriana Lastra que, en ese mismo ... momento, se había activado el protocolo de protección a una mujer, en riesgo extremo de sufrir violencia machista. Una de las 2.250 asturianas con expediente activo en el Sistema Integral de Seguimiento de casos de Violencia de Género (VioGen). Una cifra que preocupa a Verónica Fernández (Fabero del Bierzo, León, 1974), la nueva jefa de la Oficina de Coordinación contra la Violencia de Género. Tras pasar por la lucha contra el terrorismo, la violencia organizada, ser jefa de homicidios y de la Policía Científica, llega a la unidad a apuntalar con su experiencia el principio del fin de la violencia machista.
–Su nombramiento se produjo muy poco antes del primer feminicidio en Asturias desde 2021 y el primero en España en 2025, el de Karilenia Ch. ¿Cómo lo vivió?
–Con mucho dolor. Recuerdo que eran las 11 de la noche de un viernes. Me llamó el jefe regional de operaciones para decirme que habían herido muy gravemente a una mujer. Que el agresor era su pareja. Mientras hablábamos, me dice 'Espera, espera, Verónica, que acaba de fallecer'.
–¿La coordinación funciona hasta ese punto, de que la llamen cuando la víctima aún estaba con vida?
–Sí. También estaba en contacto con la delegada del Gobierno en Asturias, Adriana Lastra, que decidió que nos fuéramos a la Comisaría de Langreo. Al llegar nos dicen que la víctima era madre de dos menores. En ese momento, la Policía Nacional continúa con su investigación, y la delegada inicia comunicación con las diferentes instituciones implicadas. ¿Qué primaba? La asistencia social y psicológica de esos niños y de todo el entorno de Karilenia. Y allí llegaron la vicepresidenta del Principado, Gimena Llamedo; la directora general de Igualdad, María Jesús Álvarez, responsables del Ayuntamiento de Langreo... Todos los implicados en la atención a los niños. La coordinación fue total. A nivel institucional todo funcionó.
–Jefa de la Policía Científica, trabajos en terrorismo, en violencia organizada, ¿por qué este salto a la violencia de género?
–¿Y por qué no?
–También tiene razón.
–Yo siempre he tenido mucha sensibilidad con la violencia de género. Cuando me dan la oportunidad de formar parte de esta unidad de coordinación lo asumí con mucha ilusión. Para mí es un reto. Me permite aunar mi experiencia laboral con el contacto estrecho con todas las instituciones, locales y autonómicas, además de todas las asociaciones que luchan contra la violencia sobre la mujer, las agresiones sexuales y la trata.
–Y con este 'bautizo' tan duro que ha tenido, ¿qué ha visto?
–Cómo funcionó la Policía Nacional, que fue la que se hizo cargo del caso, a mí no me sorprendió, porque ya lo había vivido y visto. Lo que me he visto fue confirmar mi confianza en las instituciones, en la coordinación total que hay para activar todos los protocolos. Yo, que ya confiaba en el sistema, he dicho ¡olé!.
–Su antecesora en e l cargo, Teresa Domínguez, advirtió de los agresores múltiples. Un mismo individuo que ejerce violencia con diferentes parejas. ¿Problema al alza?
–Sí. Es un problema y un peligro específico. En 2021 se comenzó a hacer un análisis para mejorar la protección a las víctimas. El estudio detectó que había una serie de agresores que ya contaban con antecedentes de violencia de género y que eran más proclives a quebrantar las medidas de protección y, además, aumentaba la peligrosidad a la hora de cometer agresiones. Desde ese momento, se adoptaron nuevas estrategias.
–¿Cuales?
–Un seguimiento al agresor. Se le advierte que no solo está siendo supervisado su caso, sino también los anteriores; se extreman las medidas en las órdenes de protección; el sistema genera una diligencia específica al Ministerio Fiscal en el que se le indica que es un agresor persistentes que puede causar daños más lesivos. Son medidas que están funcionando y que aparecen ahora recogidas también en la nueva instrucción que entrará en vigor a finales de junio de 2025.
–También hay mujeres que han sufrido agresiones de diferentes parejas, ¿se falla en las ayudas a la víctima?
–El problema es complejo y lo tenemos que atajar. No podemos poner el foco en la víctima. A partir de ahí hay que analizar esta realidad y atajarla, pero la realidad es multifactorial. La víctima tiene dificultad para romper la relación con el agresor. Hablamos de una media de ocho años de maltrato antes de denunciar. Son víctimas especialmente vulnerables. Supone una dificultad denunciar, buscar ayuda, muchas se quedan atrás. Esto se detectó ya en 2022.
–¿Y qué se hizo?
–Otra instrucción que hace hincapié en la prevención. Por eso se incentiva que denuncian. Y, por favor, nunca, nunca se debe poner el foco en la víctima. Es algo que no sucede en otros hechos delictivos. Se cuestiona en este, ¿por qué?
–Esa es la pregunta
–Pues creo que tienen un papel muy importante las campañas de sensibilización. Que ellas sepan qué hacer y la sociedad cómo arroparlas.
–Tanto en el caso del agresor persistente como de la víctima reiterada, ¿falla el sistema?
–Es cierto que el nuevo Pacto de Estado recoge una serie de propuestas legislativas, institucionales y de un apoyo social para ellas, las unidades a nivel local, en las que están letradas, psicólogas y servicios sociales. La especialización en los juzgados, la formación adecuada y continua.
–Dicen los expertos que el Código Penal español es ya muy duro contra la violencia machista, ¿el problema está en que quizá no se aplica siempre como se debería?
–Sí. Es que la formación es vital. La ley es la que es, pero que los operadores jurídicos tengan conocimiento de todas las dinámicas de la violencia de género nos va a permitir interpretar y aplicar bien la ley. En caso de duda, siempre, siempre, la protección a la víctima y a sus hijos.
–Se insta a denunciar a las víctimas, pero este mismo año, en Benalmádena, una mujer fue asesinada por la pareja a la que había denunciado y para la que la jueza le negó una orden de protección.
–Ese tipo de situaciones no se pueden permitir. La ley es la que es, pero tenemos que hacer una formación para que los operadores jurídicos conozcan la dinámica de la violencia de género. Y en caso de duda, que siempre protejan a la mujer y a sus hijos.
–¿Cuáles son los últimos datos en la región?
–Pues hoy mismo tenemos un caso extremo, una mujer cuyo agresor ya ha sido detenido. En total, tenemos 2.250 casos, de los cuales 20 están en riesgo alto. Hay 371 menores en situación vulnerable y 162 en riesgo.
–¿Hay efectivos suficientes para el seguimiento de todos los casos?
–¿Nos gustaría que hubiese más? Sí, pero con los efectivos actuales se monitorizan todos los casos, con seguimiento desde las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, de los Centros Asesores de la Mujer, de los servicios sociales... Se hace un seguimiento total y hay protección directa.
–En Asturias hubo dos feminicidios desde 2021, pero más de 2.000 mujeres en riesgo. ¿Ese seguimiento y monitorización han evitado más letalidad?
–Ofrecemos una protección continuada según el nivel de riesgo, además de que todo el sistema se pone a su servicio: abogadas, psicólogas, servicios sociales...
–Adolescentes amenazadas por novios de su misma edad, ¿fallo educacional?
–Todas las desigualdades se generan en la infancia, por eso se está implementando la coeducación. Se busca que desde la infancia se asuman valores de igualdad y que las relaciones sexual-afectivas se basan en el consentimiento.
–Las víctimas de violencia machista lamentan que las otras violencias, la vicaria, la económica, son muy difíciles de demostrar. ¿Cambiará esa sensación el nuevo Pacto de Estado?
–El Pacto de Estado ya habla de violencia vicaria, económica y digital. Lo que no se puede consentir es que les infrinjan daño a través de sus hijos, o que las ahoguen económicamente. Solamente una mente perversa puede pensar en hacer daño a menores para dañar a la madre.
–La sociedad, los amigos, los familiares, ¿seguimos mirando para otro lado con la violencia machista?
–Creo que ahí hemos avanzado mucho. Y hacen mucho las campañas de sensibilización. Que se transmita a las familias que estamos ante un delito público que se puede denunciar e iniciar un proceso que acabe con una sentencia y se ponga fin a esa situación es fundamental. De hecho el Pacto de Estado ha ampliado la partida para formación y sensibilización.
–Si usted tuviera una amiga sufriendo violencia, ¿qué le recomendaría?
–Lo primero que haría es trasmitirle que no está sola. Que vamos a iniciar un proceso y que no está sola. Porque las instituciones no la van a dejar sola. Y que el único camino que hay para salir de esto es denunciar. Y denunciar. Y denunciar.
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