El coche de la EPI

Hilario López expone un modelo con una variedad de aspectos y matices que nos permiten conocer a la EPI. Desde el inicio construye un coche que transporta dos reflexiones: (1) El vehículo es el lugar donde conviven los docentes y el alumnado de diferentes especialidades, (2) El desplazamiento de los alumnos está dirigido a dar respuesta a las demandas del mercado laboral desarrollando habilidades transversales como el trabajo en equipo, la adquisición de idiomas y las habilidades de comunicación escrita y oral.

Sitúa a un astronauta sobre un puente al considerar a la EPI como una Escuela que tiene la potencialidad de ofrecer a sus alumnos grandes retos profesionales, como lo demuestran muchos egresados que trabajan en entidades y empresas de prestigio regional e internacional. Construye una EPI con una vocación integradora fruto de la convivencia de especialidades distintas: industriales, informática o telecomunicaciones, lo que permite enriquecer y presentar proyectos conjuntamente para ofrecer una mejor respuesta en la relación universidad /empresa. Describe a un alumnado consciente de que el esfuerzo, el sacrificio, la vocación y el estudio, así como el gusto por la física y las matemáticas suponen las claves para finalizar con éxito sus estudios. Al término de los estudios de Ingeniería en la EPI, el alumnado ha de ser capaz de liderar procesos de cambio orientados a mejorar la vida de las personas y de la Sociedad. Resalta la presencia de la residencia universitaria en la construcción final del modelo como un componente clave para atraer universitarios de fuera de Asturias.