Arcelor efectúa labores de limpieza para arrancar el horno 'B', parado tras el apagón

Por otro lado, el objetivo de lograr una acería eléctrica en la factoría de Arcelor en Avilés se aleja. La dirección asturiana trasladó ayer a los sindicatos que las posibilidades de que el grupo acepte llevar a cabo esta inversión se reducen por los problemas que se registran en la acería de Sestao. Unas instalaciones similares a las que aspira la factoría avilesina y que tienen como meta ampliar la producción, pero no consiguen alcanzar las cifras consideradas óptimas pese a las mejoras realizadas. Por ello, resulta complicado que la cúpula de la siderúrgica apruebe una inversión millonaria para electrificar la acería de Avilés, al igual que está haciendo en la de Gijón. No ayudan los elevados costes energéticos y del CO2, la guerra arancelaria y las crecientes importaciones de acero de países extracomunitarios.

En la reunión también se puso sobre la mesa el futuro del horno alto 'A'. La idea es mantenerlo activo el máximo tiempo posible, de manera que las plantas asturianas operen con los dos hornos altos y con el sínter 'A' –el 'B' cesará su actividad el 31 de diciembre– cuando se inicie la actividad de la acería eléctrica de Gijón en marzo de 2026. Es la propuesta trasladada al grupo, pero la decisión dependerá de la situación del mercado.