La industria asturiana trata de recuperar la normalidad tras el apagón

En Arcelor, el corte de suministro obligó a activar los sistemas de emergencia y las instalaciones productivas quedaron en condición de seguridad, aislándose de la red de gas. Se paralizó la producción hasta que, a partir de las nueve de la noche del lunes, se restableció el suministro eléctrico en las factorías de Gijón y Avilés y se fue recuperando progresivamente la actividad. Esta mañana, las instalaciones ya operaban casi con total normalidad. En la otra gran electrointensiva de la región, Asturiana de Zinc, seguían trabajando hoy en reanudar poco a poco la producción, que tuvo que paralizarse por el corte de energía.

Las plantas de Sama y Trubia de Química del Nalón, ante la caída del sistema eléctrico, activaron «de forma inmediata y automatizada los procesos de contingencia para este tipo de situaciones, independientmente de su duración». Con el regreso de la energía, se fueron restableciendo los protocolos y la actividad.

En el sector lácteo, el impacto fue muy diferente entre las distintas empresas. El Grupo Central Lechera Asturiana dejó de envasar 1,25 millones de litros de leche a causa del apagón, lo que supone una pérdida de cientos de miles de euros. La compañía explicó que hubo un «gran impacto» en la recogida del producto porque no se podía descargar y además los robots de ordeño no funcionaban sin generadores. Asimismo, se perdió la leche que estaba en el circuito de envasado, que luego tuvo que someterse a un proceso de limpieza. En definitiva, «un día de producción completo perdido» y parte de otro, porque hoy todavía estaba la factoría a medio gas. Las repercusiones todavía se dejarán notar hasta mañana, que es cuando el grupo prevé recuperar la normalidad.

De forma muy distinta vivió Industrias Lácteas Monteverde –que comercializa la marca Queso Tres Oscos– la histórica interrupción del suministro. Su director general, Enrique López, explicó que habían tenido «una suerte relativa», ya que habían adelantado producción porque esta semana tenían programada una parada para realizar tareas de mantenimiento en la depuradora, así que solo efectuaban labores de envasado. Las cámaras de refrigeración continuaron refrigerando correctamente porque la fábrica de Grandas de Salime se abastece, en parte, con un parque fotovoltaico situado en sus inmediaciones y, además, cuentan con generadores de gasoil. De manera que no tuvieron incidencias, más allá de la imposibilidad de llevar a cabo algunas gestiones administrativas en el almacén de Silvota.

Otro gran representante de la industria agroalimentaria asturiana como es El Gaitero tampoco tuvo contratiempos insalvables. Al operar solo hasta las tres de la tarde, fue escaso el tiempo en el que la fábrica estuvo sin producir, de modo que las pérdida ocasionadas son «pequeñas, no superiores a mil euros». Sí sufrieron hoy un retraso en el arranque de la producción de dos horas aproximadamente.

Por su parte, Alimerka abrió hoy todos sus supermercados en el horario habitual. «Desde el primer momento, se han activado nuestros protocolos de calidad y seguridad alimentaria, que garantizan que todo el producto puesto a la venta se encuentra en perfectas condiciones de consumo. Todos los alimentos que no cumplían con las exigencias de dichos protocolos han sido retirados», indica la empresa.

La cadena ha suspendido de manera temporal su servicio de pedidos 'online', con el fin de priorizar el funcionamiento de sus puntos de venta físicos, pero continúan trabajando para recuperar la normalidad al 100% lo antes posible. Además, quiso transmitir un mensaje de «total tranquilidad: el suministro de productos está garantizado y en caso de que se produzcan incrementos puntuales en la demanda, estamos preparados para gestionarlos eficazmente».