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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se ha reunido este martes con los máximos responsables de Arcelor, durante el Foro Económico Mundial, que ... se celebra en la localidad suiza de Davos. En concreto, ha mantenido un encuentro con el presidente de la compañía, Lakshmi Mittal, y su hijo y consejero delegado del grupo, Aditya Mittal. El grupo mantiene sus planes de descarbonización en Asturias, a pesar de los retrasos que acumula el proyecto, principalmente, por el examen que está realizando la Unión Europea de los proyectos para autorizar las ayudas que pide la empresa. En el caso asturiano, el plan de descarbonización ronda los 1.000 millones de euros y espera recibir 500 de financiación pública. No obstante, la Comisión está realizando un análisis global de las iniciativas que plantea la multinacional en Europa, para las que pide más de 3.000 millones de euros, ya que también cuenta con proyectos en Alemania, Bélgica y Francia.
«ArcelorMittal reafirma su compromiso con sus proyectos industriales en Asturias», recalcó Sánchez tras el encuentro, de carácter distendido, según las fotos distribuidas por Moncloa. El jefe del Ejecutivo reiteró que el Gobierno está haciendo todo lo posible para que la Comisión dé visto bueno al expediente y se puedan liberar los fondos, que se articularán a través del PERTE de la descarbonización industrial.
No fue la única reunión que mantuvo el presidente. Por la mañana, había convocado a los principales líderes empresariales del país a una reunión en la que, según fuentes del Ejecutivo, se habló sobre la situación de la economía global y la necesidad de mantener la colaboración público-privada en un momento clave en el que se espera que los fondos europeos cojan, este año sí, la auténtica velocidad de crucero.
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En ese encuentro a puerta cerrada con los «poderes oscuros» –como el propio Sánchez se ha referido en varias ocasiones a las grandes multinacionales– no se habló de los polémicos gravámenes sobre los beneficios de bancos y energéticas, a pesar de que a este acudieron algunos de los ejecutivos más críticos con la medida, como la presidenta de Banco Santander, Ana Botín. También asistieron el presidente de BBVA, Carlos Torres; el presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete; el presidente de Repsol, Josu Jon Imaz; el de Naturgy, Francisco Reynés; y los máximos responsables de Cepsa, Maarten Wetselaar, y de Siemens Gamesa, Jochen Eickholt.
Más allá de los que asistieron a la cita, el ruido de la jornada lo generó una notable ausencia: la del presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, que en los últimos tiempos había amenazado con batallar en los tribunales el nuevo gravamen. Finalmente la eléctrica estuvo representada en la reunión por Agustín Delgado, director de Innovación y Sostenibilidad de la empresa.
Fuentes de la compañía justifican esta ausencia por la prioridad que Galán dio este martes al acuerdo alcanzado con Norges, el fondo soberano de Noruega. El máximo ejecutivo de la firma, Nicolai Tangen, también estaba presente en Davos y ambos mantuvieron un encuentro por esta «alianza estratégica». En el marco de la misma, las dos compañías coinvertirán 1.265 MW de nueva capacidad renovable en España (20% eólicos y 80% fotovoltaicos).Antes el fondo desembolsará unos 600 millones por su participación del 49% en una cartera de activos renovables en España para los que Iberdrola buscaba socio, lo que valora el total de dicha cartera en unos 1.225 millones de euros.
El Foro de Davos también sirvió al Gobierno para lanzar un mensaje de calma en torno al futuro económico ante la élite mundial y otros líderes foráneos como Larry Fink, director ejecutivo de BlackRock, un gigante financiero con amplia exposición a las cotizadas españolas. Sánchez también mantuvo encuentros con los representantes de grandes compañías como Qualcomm, Dow Chemical o Air Liquide. Y ante todos ellos intentó destacar el atractivo de España como destino de inversión.
Durante su intervención ante los asistentes, el jefe del Ejecutivo recordó que España ya atrajo en 2022 una inversión exterior de 30.000 millones de euros. Se trata de una cifra histórica gracias a proyectos como las gigafactorías, los centros de datos, el hidrógeno o la ciberseguridad.
«Parece que 2023 no será bueno para la economía mundial y, aunque España sufrirá inevitablemente algunos de estos efectos, también está mostrando signos magníficos de resiliencia y fuerza», indicó ante la élite global. En su discurso –posterior a la reunión con los altos directivos españoles– también pidió a las grandes fortunas y las multinacionales que no se lleven el dinero a «paraísos fiscales».
Sánchez insistió asimismo en el riesgo de que partidos extremistas de ultraderecha lleguen a las instituciones. «Nuestras armas serán la democracia y las políticas eficientes», apuntó poniendo a España como ejemplo de recuperación económica gracias a las medidas adoptadas en los últimos meses de crisis.
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