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No es una jornada más para Eric Mamer. El portavoz de Ursula von der Leyen en estos últimos cinco años se despedía este jueves ... del cargo en la habitual rueda de prensa de las doce de la mañana que se celebra cada día en el edificio central de la sede de la Comisión Europea, en Bruselas. De hecho, su familia asistía a la sesión entre los periodistas. Y tras abordar dos cuestiones sobre las relaciones con Suiza y recibir la sorpresa en persona de la propia presidenta de la Comisión, que quiso agradecerle en público, con un ramo de flores, haber sido su «voz» durante un lustro, Mamer dio paso a las preguntas de EL COMERCIO sobre Arcelor.
La multinacional anunció el martes que ha decidido suspender sus proyectos para construir las plantas de reducción directa del mineral de hierro (DRI) anunciadas en Francia, Alemania, Bélgica y España, incluida, por tanto, la de Gijón. Lo hizo en un extenso comunicado en el que carga contra la falta de «un marco regulatorio apropiado» y reclama a la UniónEuropea un plan de acción para el sector siderúrgico.
«No comentamos las decisiones de empresas», fue la primera respuesta de Mamer ante la cuestión planteada por este periódico de qué se piensa en el Ejecutivo europeo sobre los argumentos de la multinacional para abandonar estas iniciativas. Sin embargo, a renglón seguido, defendió que tanto la competitividad como la transición hacia una economía descarbonizada están en el centro de su política, ya sea la del Colegio de Comisarios saliente, como la del entrante. De hecho, hizo referencia a los discursos ofrecidos el miércoles en Estrasburgo ante el nuevo mandato de la Comisión o las orientaciones políticas fijadas en julio por la presidenta.
«La primera Comisión Von der Leyen ya ha hecho enormes avances en este ámbito y estamos en el buen camino para atender la necesidad de contar con una política equilibrada que asegure la competitividad de la economía europea y el hecho de que esté descarbonizada», apuntó Mamer.
En este sentido, recordó la decisión de la propia presidenta de la Comisión de encargar el informe Draghi. Este documento denunciaba la desindustrialización de Europa y defendía la necesidad de medidas urgentes, entre ellas, sugería la creación de un nuevo fondo respaldado por deuda común para invertir 800.000 millones de euros anuales y recuperar competitividad.
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El nuevo comisario de Industria, Stéphane Séjourné, antes de ser investido e incluso del anuncio de Arcelor, reconoció que los proyectos verdes como el asturiano estaban «congelados» y prometió un plan urgente en sus primeros 100 días de mandato, con más financiación y medidas de protección comercial para desatascarlos.
«Mucho trabajo por hacer»
«No es un camino fácil», explicó en el mismo sentido Mamer, que insistió en que una de las primeras acciones de la nueva Comisión será abordar el 'Clean Industry Deal', un plan para reindustrializar Europa de una forma descarbonizada. «Sobre esa cuestión queda mucho trabajo por hacer», admitió también, aunque insistió en que este asunto está en el centro de la acción del Ejecutivo europeo, una acción «claramente definida». La Comisión «responderá a las expectativas de las empresas que quieran invertir en Europa», aseguró a EL COMERCIO, en relación a la suspensión de los planes de Arcelor.
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