Jordi Sánchez, CEO de Bayer en España y Portugal: «Para Bayer, Asturias es un pilar estratégico y la planta de Langreo un referente en producción»
«Desde los años 40, en el Principado siempre nos hemos encontrado una colaboración máxima que esperamos que continúe muchos años más»
Hace 83 años, Bayer aterrizó en Asturias y comenzó a forjar un legado industrial que hoy sigue muy vivo: desde la planta de Langreo ... se produce el principio activo de la aspirina que se exporta a todo el mundo. Este año, la farmacéutica es protagonista del pabellón de Langreo en la Feria de Muestras, un escenario desde el que Jordi Sánchez (Barcelona, 1966), consejero delegado de Bayer en España y Portugal, subraya la relevancia de una planta que considera «un pilar clave» tanto a nivel nacional como global.
–Ya hemos pasado el ecuador del curso. ¿Qué balance hace?
–Hasta que no finaliza el año no podemos ofrecer balances, ya que el entorno es muy cambiante. Lo que sí puedo decir es que iniciamos este año tras un 2024 en el que consolidamos nuestro negocio a nivel nacional, principalmente gracias a la incorporación de nuevos tratamientos que hemos puesto a disposición de los pacientes en distintas áreas terapéuticas. El pasado ejercicio fue un año sólido, con unas cifras de ventas en el área de distribución farmacéutica a nivel nacional en torno a los 470 millones de euros. En cuanto a 2025, hemos tenido un buen comienzo y veremos cómo evoluciona el año.
–¿Cuáles son los principales retos que tiene por delante el sector y Bayer en particular?
–El principal es asegurar que, como sector estratégico, siga siendo muy competitivo. Estados Unidos y también China, que está emergiendo como una potencia muy relevante en investigación y desarrollo de nuevos productos, están generando un riesgo que, desgraciadamente, ya se está materializando, que es la pérdida de competitividad de Europa. Hace 20 años, la diferencia de inversión en I+D farmacéutico entre EE UU y Europa era de unos 2.000 millones de euros, y hoy esa diferencia es de aproximadamente 25.000 millones a favor de ellos, lo cual indica claramente que Europa está perdiendo el liderazgo que históricamente había mantenido. Por eso necesitamos un marco regulatorio predecible que atraiga inversión.
–En España se están realizando cambios regulatorios.
–Sí. Ahora mismo, el Anteproyecto de Ley de Medicamentos y Productos Sanitarios está en fase de consulta pública. Debo decir que este texto viene a legislar después de 30 años. En ese tiempo han ocurrido muchos cambios desde el punto de vista de la salud, el desarrollo y la innovación. Por lo tanto, el primer mensaje es positivo. Estamos actualizando el marco legislativo, algo que era claramente necesario. Es cierto que al entrar en los detalles hay puntos, como el de los precios, en los que tanto Farmaindustria como nosotros, que formamos parte de ella, no estamos de acuerdo con el primer borrador que se presentó.Por eso hemos presentado alegaciones también como parte de Farmaindustria. En cualquier caso, me gustaría destacar que existe un diálogo muy fluido para que, entre todos, podamos hacer frente a los retos que tiene nuestro sistema sanitario nacional.
–¿Qué papel juega Asturias en los planes del grupo?
–Asturias para nosotros es un pilar estratégico evidente. La planta de Langreo, con el principio activo de la aspirina que se exporta desde aquí a todo el mundo, hace que esta comunidad sea clave tanto a nivel nacional como a nivel global, ya que se trata de un referente en cuanto al liderazgo en producción, en la forma en que se están haciendo las cosas y también en el compromiso que tiene la planta desde el punto de vista de la sostenibilidad y de su relación con el entorno. Eso se puede ver con el acuerdo que hemos alcanzado con Iberdrola para la descarbonización total de la planta.
–¿Qué supone ese proyecto para electrificar las instalaciones de Langreo?
–Es una demostración clara del compromiso con la sostenibilidad que tienen la planta y la compañía. Y además representa, de alguna forma el papel de Bayer como actor clave en la transformación del paisaje industrial de la cuenca minera. Creo que es un ejemplo clarísimo de cómo se puede combinar el desarrollo industrial con un compromiso tanto social como, sobre todo, medioambiental. Este acuerdo posiciona a la planta de Langreo como la primera en su sector en lograr la descarbonización total de su actividad productiva, lo cual supone un hito tanto para el sector farmacéutico nacional como para la industria en general.
–Precisamente con Iberdrola también han cerrado una opción de compra para adquirir 25.000 metros cuadrados aledaños a la planta en 2027. ¿Con qué objetivo?
–El primer paso que tiene que ocurrir es obtener las certificaciones necesarias para poder iniciar la actividad industrial. El objetivo está muy vinculado a la firme apuesta que ha hecho el grupo Bayer por la planta de Langreo, buscando una expansión con vistas a posibles proyectos futuros que puedan llegar.
–Si se amplían las instalaciones, ¿se podría incrementar también la plantilla en Asturias?
–Eso es algo que dependerá de los proyectos que lleguen y, además, me gustaría señalar que como compañía siempre comunicamos una vez que los proyectos están cerrados, ya que existe un proceso interno para su adjudicación. Lo que sí está claro es que ese espacio va a estar disponible, lo que confirma la apuesta del grupo por la planta. Ahora se trata de trabajar para ver qué proyectos se pueden concretar y, en función de eso, cuando los tengamos definidos, los compartiremos.
Tensión arterial alta
–Que el principio activo de la aspirina se produce y exporta desde aquí es de sobra conocido. Pero desde 2022, si no me equivoco, se sumó el nifedipino, principio para el tratamiento de la tensión arterial alta. ¿Cómo está evolucionando su producción?
–Todos los principios activos, como la aspirina o ácido acetilsalicílico, o ahora el nifedipino, se producen en función de la demanda existente, siguiendo los patrones previstos inicialmente para incorporarlos a la actividad productiva de la planta. Esto es una señal muy clara de la apuesta del grupo Bayer por las instalaciones de Langreo. Y si unimos esto a la apuesta por la sostenibilidad, la descarbonización, etcétera, nos permite ver claramente el posicionamiento estratégico que tiene la planta como un referente a nivel mundial y en términos de competitividad industrial. Así que los nuevos principios activos son siempre bienvenidos y esperemos que con el tiempo podamos ver también otros nuevos proyectos.
–¿Qué impacto tiene el conflicto arancelario en el negocio de Bayer? ¿Afecta a las exportaciones?
–En este momento, estimar un posible impacto económico es muy difícil porque las noticias han sido bastante volátiles en las últimas semanas. Lo que sí hacemos es una monitorización muy estrecha de la cadena de suministro, ya que lo esencial es asegurar que, en el caso de la división farmacéutica y de los productos que se elaboran en la planta de Langreo, los pacientes, que son el destinatario final y el más relevante consumidor, reciban esos medicamentos. De momento, esa monitorización es óptima, no hemos notado ningún impacto, y en cuanto al posible efecto económico, primero necesitamos entender cómo se concretan realmente estas negociaciones y el acuerdo que parece que se ha alcanzado a nivel de la Unión Europea.
–Ya son 83 años en Asturias. ¿Qué significa para Bayer esta relación más duradera y qué se puede esperar en el futuro?
–Solo puedo decir que ha sido una relación excelente. Desde los años 40 hasta hoy, con todos los cambios que ha habido, lo que Bayer siempre ha encontrado en Asturias es un entorno de máxima colaboración y confianza para que las cosas salieran bien. Para que pudiéramos crecer como compañía y, sobre todo, aportar a la sociedad, lo más importante y, si se me permite decir, lo más especial, que es la capacidad de conectar el trabajo que se hace en la planta con la salud de personas en todo el mundo. Y cuando digo en todo el mundo lo digo de forma literal porque el principio activo que se produce aquí se exporta globalmente, por eso hablamos de una colaboración máxima que esperamos que continúe durante muchos años más.
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