DuPont se queda sin fábricas en Asturias al vender su negocio de Nomex, aunque mantendrá los servicios
Arclin se hace con esta actividad, así como con la de Kevlar, por más de 1.500 millones de euros e incorporará a unos 300 empleados del valle de Tamón
DuPont anunció este viernes la venta de su negocio de fibras resistentes al calor, Aramids, que incluye la marca Nomex, con dos plantas en Asturias, ... una que fabrica directamente este producto y otra su materia prima, cloruro de isoftaloilo (ICL). Con este paso, la multinacional americana se quedará sin manufactura en el Principado después de 32 años de actividad fabril ininterrumpida, aunque sí mantendrá el centro global de servicios, con áreas como finanzas, recursos humanos, compras y logística. Según fuentes de la compañía, aproximadamente la mitad de los trabajadores, que son en la actualidad unos 640, pasarán a la nueva empresa, mientras que el resto seguirá en el área de servicios de DuPont.
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La venta de Aramids, que también incluye el famoso Kevlar que se utiliza en chalecos antibalas, llevaba meses barajándose. Finalmente, ayer, se anunció su compra por parte de la también estadounidense Arclin por 1.800 millones de dólares, algo más de 1.500 millones de euros. Esta operación se enmarca en una reorganización mucho más profunda de la multinacional, que busca simplificar su cartera de negocios. Se prevé que la transacción esté cerrada en el primer trimestre de 2026, sujeta a las condiciones de cierre habituales y aprobaciones regulatorias.
La operación se produce en un contexto complejo para el sector, con altos costes energéticos, sobre todo en Europa, así como una baja demanda y precios débiles, a lo que se suma también la guerra comercial.
La nueva dueña de las factorías asturianas de Nomex es una empresa líder en ciencia de materiales y fabricante de tecnologías de polímeros, productos de ingeniería y materiales especializados para la construcción, la agricultura, las infraestructuras de transporte, la protección contra incendios y el clima, la industria farmacéutica o la electrónica, entre otros. Fundada en 1992 y con sede en el Estado de Georgia, Arclin cuenta con oficinas y plantas en EE UU, Canadá y el Reino Unido y fabrica para clientes de todo el mundo.
«La presencia global de los negocios de Kevlar y Nomex representa una oportunidad única para que Arclin se expanda a nuevos mercados, tanto geográficamente como a través de nuevos productos y tecnologías», afirmó en el anuncio Mark Glaspey, director de operaciones de Arclin. «Nos centramos en aprovechar oportunidades en nuestras instalaciones, socios y mercados».
Con esta operación, la compañía prácticamente triplicará su plantilla, que supera los 1.000 empleados, al incorporar a unos 1.900 trabajadores de DuPont, entre ellos los más de 300 asturianos, «que aportarán décadas de experiencia técnica a Arclin».
«Con esta adquisición prevista, Arclin liberará el potencial de estas marcas, marcando el comienzo de una nueva era de materiales avanzados que pueden hacer que los hogares, los lugares de trabajo y las comunidades sean más fuertes, seguros y resilientes», apuntó por su parte Bradley Bolduc, presidente y director ejecutivo del grupo. Del lado de DuPont, su directora ejecutiva, Lori Koch, expresó su confianza en que «bajo el liderazgo de Arclin, estas empresas seguirán prosperando y ampliando su impacto en nuevas industrias y aplicaciones».
35 años de vinculación con el Principado y 32 de producción
DuPont desembarcó en Asturias a finales del siglo pasado. El 1 de marzo de 1990, su presidente entonces, Edgar S. Woolard, firmó un protocolo con el que era ministro de Industria y Energía en aquel momento, Claudio Aranzadi, por el que la compañía se comprometía a invertir en la región 108.500 millones de las antiguas pesetas (1.000 millones de dólares) en doce años y a tratar de estimular a otras compañías para que dirigieran sus inversiones hacia el Principado.
Tres años después, el 22 de mayo de 1993, aquel proyecto se convertía en una realidad. La multinacional llegó con dos inversiones fijas: la planta de Nomex, la primera que tenía de este material en Europa, y la de Tetrahidrofurano (THF), aunque esta última cerró tiempo después por no lograr la rentabilidad necesaria. Al acto inaugural asistieron, entre otras personalidades, el presidente del Gobierno de la época, Felipe González, así como Aranzadi y el ministro de Trabajo de entonces, el asturiano Luis Martínez Noval.
Con DuPont llegaron, además, nuevas formas, por ejemplo en materia de seguridad laboral, y también nuevos proyectos, como la planta de Sontara (un tejido fuerte y duradero, resistente a la abrasión y a los disolventes) y la de Protección de Cultivos. También compañías asociadas, comoCSC.
Sin embargo, con el tiempo, la empresa, que no la actividad con la que contaba, ha ido perdiendo peso. Entre las operaciones más destacadas está la que surgió fruto de la fusión en 2017 de Dow Chemical y DuPont. El objetivo último del acuerdo empresarial era reestructurar la compañía para crear tres empresas cotizadas e independientes en los sectores de agricultura (Corteva), productos especializados (DuPont) y ciencia de materiales (Dow). Las dos primeras con plantas en el valle de Tamón. Así nació la presencia de Corteva en Asturias, con unos 400 trabajadores.
Antes, DuPont había vendido su división de Sontara a Jacob Hom & Sonner y esta, a su vez hace cuatro años, a Glafelter. La factoría sigue operando. Igual que se mantiene la actividad de Chemours, que nació como una separación de la actividad de gestión de varios negocios de productos químicos (fundamentalmente refrigerantes) y hoy se ubica en Gijón.
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