Duro Felguera tomará decisiones «imprescindibles» y «duras» para «sentar las bases de la recuperación»
Los inversores de la compañía, que ha celebrado su junta de accionistas este viernes, anuncian «medidas» tras encontrarse con una crisis estructural inesperada
El presidente ejecutivo deDuro Felguera, Eduardo Espinosa, reveló ayer, durante su discurso en la junta de accionistas de la compañía, que Prodi y ... Mota-Engil México, los inversores aztecas que se hicieron con su control el año pasado, se encontraron con un deterioro del grupo que no esperaban. «Una crisis tan profunda y estructural como para comprometer la continuidad de Duro Felguera», en vez de «dificultades puntuales de liquidez», que pretendían haber podido resolver con la inyección de capital de 90 millones de euros que realizaron. De hecho, aunque ahora los esfuerzos se centran en la supervivencia de la empresa, avanzó que, una vez completado el proceso de reestructuración, se pondrán «en marcha las medidas que procedan». Sin dar más detalles, esta declaración podría abrir la puerta a la vía judicial en forma de reclamaciones, como «un ejercicio necesario para garantizar la rendición de cuentas, reforzar la cultura de responsabilidad y preservar la confianza en la gestión futura de la compañía».
Espinosa dio un largo discurso en el que repasó «cifras duras», como el resultado de explotación negativo de 98,2 millones de 2024, y también describió los principales problemas a los que se enfrentaron los nuevos gestores tras desembarcar en la compañía. Algunos aún eran heredados de hace prácticamente una década, como los proyectos de Djelfa o Iernut, todavía de la etapa de Ángel Antonio del Valle, pero otros eran mucho más recientes, de 2021 o 2022, al haberse priorizado el volumen de ventas, mientras se dejaba a un lado la rentabilidad. De ahí que buena parte de esos proyectos se haya renegociado o incluso cancelado, intentando reducir el daño. Entre estos últimos están, por ejemplo, el de Sines, en Portugal, con un impacto negativo de 15 millones de euros, o el fotovoltaico de Covatillas, en Cuenca, con pérdidas limitadas por 9,7 millones.
El presidente defendió también la decisión de solicitar el preconcurso de acreedores «con responsabilidad y pleno respaldo técnico» para abrir «una ventana temporal para avanzar en la reorganización sin que se viera interrumpida la actividad ordinaria de la compañía y contando con protección frente a ejecuciones».
Sonelgaz
El litigio con Sonelgaz por el ciclo combinado de Djelfa y su reclamación por 413 millones fue el desencadenante último del proceso en una situación ya muy deteriorada. De hecho, a pesar del memorándum de entendimiento firmado con la estatal argelina para ceder la obra a un consorcio chino, las negociaciones para la desvinculación total de Duro aún continúan. «Su resolución definitiva tendrá un efecto relevante en patrimonio y resultados», subrayó el máximo ejecutivo de la ingeniería asturiana, ya que esto «libera a la compañía de uno de los pasivos más gravosos de su historia reciente».
Con la segunda prórroga del preconcurso en marcha, hasta el 31 de julio, ahora el equipo gestor tiene por delante semanas de «mucho trabajo» para intentar evitar el concurso y «minimizar las consecuencias». El objetivo es impulsar «un plan para que Duro Felguera siga dentro de la industria», y después ya se valorarán «con objetividad las decisiones adoptadas, los errores cometidos» y se tomarán esas medidas sobre las que no quiso ahondar.
Sin embargo, sí trazó de forma gruesa cuáles son los pasos que se van a dar de ahora en adelante, que incluyen decisiones «imprescindibles», aunque también «duras», como el recorte de personal. De hecho, entre las críticas que realizó fue la de una «estructura sobredimensionada» que se ha mantenido a lo largo de los años. «Desafortunadamente, el plan incluye un redimensionamiento de la estructura, el ERE que se acaba de anunciar. Es una medida inevitable y necesaria para asegurar la continuidad», defendió sobre el expediente de regulación de empleo hecho público el lunes. Lo que no se conoce aún es la afectación que tendrá, aunque algunas fuentes lo sitúan en torno a los dos centenares de empleos.
Espinosa tuvo, no obstante, palabras de agradecimiento para los empleados, por su compromiso, «el trabajo y dedicación, en un año de enormes desafíos». «El camino que tenemos por delante requiere de la máxima implicación de cada uno de nosotros», recalcó.
Plan de reestructuración
Ese trazado implica también un cambio estratégico hacia la rentabilidad con el foco puesto en la reducción de riesgo de los proyectos. «Se eliminan líneas de negocio no rentables, se ajustan capacidades internas y se refuerzan las unidades con mayor potencial», resumió.
El plan de reestructuración, ya en marcha, se enfoca en tres directrices: financiera, operativa y legal, en la que se incluye la renegociación de plazos con proveedores o acreedores. En este sentido, también hizo un reconocimiento a estos últimos, así como a los clientes, puesto que su disposición ha sido «fundamental para sostener la operativa diaria y dar viabilidad a la estrategia de reestructuración».
También agradeció al Principado, con el viceconsejero de Industria, Juan Carlos Campo, presente, que haya jugado «un importante papel» en la venta de El Tallerón a Indra, «una importante transacción que ofrece un nuevo futuro al taller de Calderería Pesada».
Y, entre tanto apunte negativo, Espinosa quiso sacar pecho de uno de sus últimos contratos, la conversión a gas de la central térmica de Aboño, que también está preparada ya para usar hidrógeno verde y cuya obra acaba de finalizar, en pleno preconcurso de acreedores, «con solvencia técnica, cumpliendo estándares exigentes, optimizando costes y en menor plazo del previsto». «El cliente –dijo en referencia a EDP– ha valorado muy positivamente el resultado, consolidando a Duro Felguera como socio de referencia en proyectos de descarbonización».
La clave, sin embargo, está en lo que suceda en las próximas semanas. El máximo ejecutivo de la centenaria sociedad cree que se han tomado las decisiones necesarias para «proteger el corazón de la compañía y sentar las bases de su recuperación», aunque queda «culminar ese proceso y reconstruir una empresa viable, competitiva y con futuro». Este objetivo lo ha asumido, según aseguró, como un compromiso personal, «que una empresa asturmexicana tenga éxito, como de hecho, ya lo han tenido, y grande, otros proyectos en Asturias».
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