Enagás busca sumar a energéticas y consumidores a la red de hidrógeno que tendrá su nodo en Asturias

Iberdrola, Repsol, Endesa o EdP, que cuentan con importantes proyectos, no han mostrado su apoyo a esas canalizaciones. De hecho, más que alabanzas se han trasladado reticencias por el coste que puede suponer esta forma de transporte del hidrógeno. En la mayoría de los casos, los planes de estas empresas pasan por producir ese gas renovable en el entorno en el que se va a consumir. Son los llamados valles del hidrógeno, como el que plantea EdP en Aboño. En otros, lo que se prevé es transformarlo en un derivado, como puede ser el amoniaco, y transportarlo por vía marítima.

Sin embargo, para salir adelante esa red nacional del hidrógeno hace falta el interés de los grandes productores y de los consumidores. Que haya quien quiera inyectar el hidrógeno en un punto para que otro lo consuma en un lugar distinto.

Con esta manifestación de interés Enagás espera contar con un análisis contrastado del potencial mercado del hidrógeno renovable en España para definir las infraestructuras que compondrán la red, pero también lograr un impulso a esta. «Este análisis es clave para acelerar la creación de un mercado del hidrógeno competitivo en España y en Europa», explica la compañía. El proceso, al que están llamados productores, comercializadores y consumidores –incluso perfiles que combinen los tres aspectos–, también incluirá una consulta específica sobre el amoniaco, el CO2 y el oxígeno y precederá a un futuro proceso vinculante que posibilitará la asignación de la capacidad de acceso a las infraestructuras de transporte de hidrógeno. Asimismo, se contemplarán cuestiones relacionadas con el almacenamiento, que el consejero delegado de Enagás, Arturo Gonzalo, asegura que es «imprescindible» para garantizar la seguridad de suministro.

Esto permitirá «ir avanzando lo más rápidamente posible hacia esa ambición de que el país juegue el papel que tiene que jugar en la descarbonización en Europa», explica el directivo, que ha adelantado que publicarán los resultados del proceso en el primer trimestre de 2024. Justo antes del verano, ya trasladó que los primeros proyectos que pensaba que iban a estar maduros eran los de Asturias, Comunidad Valenciana y Aragón. De hecho, apuntaba a que lo lograrían en «un horizonte de entre 12 y 18 meses».

Lo cierto es que Arcelor necesita celeridad para cumplir con los plazos de su plan verde, que ahora está llamado a integrarse en una red mucho mayor. Su idea es que la planta de reducción directa del mineral de hierro (DRI) de Gijón entre en funcionamiento en 2026. Sin embargo, el calendario que maneja Enagás es algo menos ambicioso, ya que plantea las inversiones a partir de ese año. La red troncal, las conexiones internacionales y los dos almacenamientos que se han identificado como necesarios —presentados a la convocatoria de la Unión Europea de Proyectos de Interés Común– supondrán unos 4.670 millones de euros. Ante esa inversión, más allá de Arcelor y Fertiberia, la gasista necesita sí o sí sumar a los grandes agentes del sector.