La industria química asturiana pone en duda la viabilidad de los proyectos de hidrógeno verde
El director del clúster del sector es «optimista», aunque advierte del alto coste energético, mientras otros colegas trasladan su desconfianza
A pesar de las esperanzas que hay puestas en el hidrógeno verde y de los proyectos que giran en torno a él, tanto a ... escala regional como nacional e internacional, lo cierto es que la implantación de este vector energético y su utilización en la industria aún parecen lejanas debido a sus elevados costes, a los problemas de transporte y de almacenamiento y a la falta de consumidores finales. Esas son algunas de las conclusiones que se pudieron extraer del encuentro organizado ayer por el Clúster de Industrias Químicas y de Procesos del Principado de Asturias (IQPA) –en el que se integran compañías como ArcelorMittal, DuPont, Bayer, Fertiberia, Ence o Química del Nalón–, que tuvo lugar en la Escuela Politécnica de Ingeniería (EPI) de la Universidad de Oviedo, en Gijón y en el que se abordaron las necesidades en materia de I+D y de formación que tiene la industria de la región.
El director del clúster, Mario Díaz, aseguró que el hidrógeno verde será «fundamental» para el futuro de Asturias, pero reconoció que aún hay pasos que dar para que pueda ser una alternativa viable: «Tenemos que ser optimistas y creo que el hidrógeno verde va a acabar saliendo adelante, pero para eso necesitamos energía muy barata». En ese sentido, recordó que en el Principado hay varias iniciativas de este tipo pendientes de ver la luz, como las de ArcelorMittal o Fertiberia, que «están paradas, hace un año parecía que todo estaba más enfocado». Por su parte, el presidente de IQPA y director de la planta de Bayer en Langreo, Jorge Álvarez, coincidió en que «se hizo una apuesta muy fuerte en España por el hidrógeno verde, que pensábamos que iba a tener más recorrido».
Más incisivo se mostró el expresidente y actual asesor del clúster de industrias químicas, Ignacio Vigil, que advirtió de que, con los costes actuales de producción de hidrógeno verde –que multiplican hasta por siete los del gas natural– «no va a salir adelante ningún proyecto». «No hay tecnología para equilibrar el coste», lamentó. En el resto del mundo, continuó, «no tienen esos costes, porque pueden utilizar gas natural sin ninguna penalización por emisiones de CO2».
Esa falta de competitividad se traduce, en su opinión, en que «la industria europea acaba desapareciendo, porque todas las industrias requieren de consumo de energía». En ese sentido, fue claro al explicar que, «incluso aunque la Comisión Europea te subvencione el 100% de la inversión de una planta, las empresas no se lo pueden permitir porque operarla tiene un coste mayor que los competidores de China, Corea del Sur o Estados Unidos, que no pagan nada».
Vigil, no obstante, reconoció que España parte con ventaja gracias a las renovables, puesto que el 80% del coste de producción del hidrógeno verde es energético. Sin embargo, apuntó que es necesario que funcione los 365 días al año: «No se puede depender del viento o de que haya sol, hace falta conseguir sistemas de almacenamiento de energía baratos. Hay que seguir investigando porque si conseguimos eso vamos a bajar el precio del hidrógeno verde».
Por otro lado, IQPA, que cumple este año un cuarto de siglo, ha realizado –en colaboración con los clústeres Femetal, ECCO Y TIC– una encuesta conjunta en las diferentes industrias de la región en la que se refleja el interés de las empresas por impulsar las microcredenciales –cursos de corta duración centrados más en la práctica que en el contenido teórico–, ya sea con la Universidad de Oviedo o a través de la Formación Profesional.
Más formación
Precisamente uno de los campos con más oportunidades de desarrollo señalado por el centenar de empresas encuestadas es el de generación de hidrógeno verde, descarbonización y captura de CO2. También destaca la implementación de sistemas de automatización avanzada, monitorización digital e Inteligencia Artificial (IA), o el desarrollo de nuevas formulaciones farmacéuticas y de tecnologías de producción sostenible que reduzcan el impacto ambiental. En cuanto a las necesidades de formación generales, el informe cita la habilidad para gestionar proyectos, la capacidad analítica, formación en trabajo en equipo, comunicación técnica y metodologías ágiles, pero también conocimiento financiero básico, o formación en riesgos de seguridad de procesos, sostenibilidad y gestión de calidad.
Por otro lado, la Comisión Europea presentó ayer el Plan de Acción para la Industria Química a fin «modernizar el sector y reforzar su competitividad». Esta hoja de ruta, defiende Bruselas, aborda cuestiones clave, como los elevados costes de la energía, la competencia desleal a escala mundial y la escasa demanda.
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