La industria regional supera el 20% en el PIB asturiano, pero apenas tiene peso en el Estado
El Consejo General de la Ingeniería alerta de su debilitamiento por causas estructurales y pide apostar por una autonomía estratégica
N. A. E.
GIJÓN.
Viernes, 9 de febrero 2024, 00:44
La industria está en peligro. El elevado endeudamiento público, la baja productividad, la competencia de países extracomunitarios, la inflación o el peso cada vez mayor ... de los servicios amenazan al sector, que corre el riesgo de sufrir una «desaceleración intensa» en la eurozona. Así se reveló en la presentación del VII Barómetro Industrial, elaborado por el Consejo General de la Ingeniería Técnica Industrial de España (Cogiti), realizado tras encuestar a 3.000 asociados de todos los ámbitos productivos. De ellos, un 74% coincidió en que el debilitamiento a nivel nacional se debe a cuestiones estructurales, mientras que solo el 26% cree que la situación es coyuntural y más de la mitad atribuye a la pérdida de competitividad que su peso se vaya reduciendo en el Producto Interior Bruto (PIB) español.
El presidente del Cogiti, José Antonio Galdón, aseguró que, a pesar de estos problemas, la percepción de los profesionales mejora y defendió que la nueva Ley de Industria debe, entre otras cuestiones, «apostar por la autonomía estratégica y considerar las zonas despobladas como eje del nuevo desarrollo industrial que dé soporte a la transición energética y a la descarbonización de la economía».
Por su parte, el informe 'Una perspectiva económica de la situación de la industria en España: actualización 2023', elaborado por el Servicio de Estudios del Consejo General de Economistas de España (CGE) y que se incluye en el barómetro, analizó la situación desde el punto de vista económico.
El objetivo es que la industria se sitúe por encima del 20% del PIB, porcentaje que la Unión Europea había fijado como meta para 2020 y que apenas logran seis comunidades autónomas, entre ellas Asturias, que se colocó tras Navarra, La Rioja, País Vasco, Aragón y Cantabria. En el conjunto del país está en el 15,4%. En el caso de la industria manufacturera regional, ronda el 14%, frente al promedio del 11,4%; mientras que el empleo que genera se sitúa en alrededor del 16% del total en la comunidad, también más que el 13,3% estatal.
A pesar de estos porcentajes, Asturias solo contribuye en un 2,39% a la producción industrial española, aunque hay diferencias por sectores. En el caso del suministro energético se eleva al 4,56% -cifra llamada a reducirse con el 'boom' de las renovables en otros territorios-, mientras que en la industria manufacturera es un 2%, en la extractiva un 2,45% y en la de suministro de agua apenas llega al 0,85%, el segundo menor porcentaje del país tras el 0,5% de La Rioja. Por contra, Cataluña es la comunidad autónoma que más contribuye al total de la industria nacional, con un 21,68%, seguida de un grupo de regiones formado por Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana, que se sitúan en una horquilla de entre el 11% y el 12%. A la cola está La Rioja, con un 0,8%, a pesar del alto peso porcentual en su PIB.-
Aunque el sector a nivel general ha crecido en el último año de forma pareja en el país y en la UE, España es el cuarto Estado en el que se ha registrado un menor avance desde 2015 y, además, su recuperación tras la pandemia ha sido más débil. Según los datos de 2022, entonces aún no se había recuperado el nivel previo a la covid. Se sitúa en sexta posición en número de empresas (7,85% del total), cuarto en volumen de cifra de negocios (6,46%) y cuarto en valor añadido (5,8%).
Ralentización
Para mejorar la situación del sector, el 81,57% de los encuestados en el barómetro piensa que se debería generar un tejido industrial manufacturero en torno al sector energético y que como primera medida se podría incentivar el acceso a las materias primas necesarias. Además, un porcentaje similar considera necesaria una nueva Ley de Industria, que debiera contener programas específicos industriales en zonas de reto demográfico y una mayor homogeneidad en cuanto a seguridad industrial. Por otro lado, la mitad cree que la gran industria está preparada o muy preparada para afrontar el desafío de la descarbonización, aunque esta percepción disminuye hasta el 24% en el caso de las pymes.
Por su parte, el presidente del CGE, Valentín Pich, alertó de que la industria «incluso muestra señales de ralentización» e insistió en que la puesta en marcha de la nueva Ley de Industria «no se puede dilatar más en el tiempo, pues es necesario contar con un nuevo marco normativo que recoja la situación actual de la industria en España».
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