«Es angustioso y frustrante representar a una marca durante años y que te puedas quedar fuera»

Stellantis es un grupo fabricante de automóviles fruto de una fusión empresarial cerrada el pasado mes de enero. FCA y PSA se unieron en una sola entidad que tiene bajo su paraguas marcas como Peugeot, Citroën, Fiat, Chrysler, Alfa Romeo, Jeep y Maserati. La fusión ha supuesto que el grupo se replantee ahora toda su estructura comercial, por lo que ha dado un preaviso con dos años de antelación a los concesionarios anunciando que en 2023 rescindirá los contratos de distribución. Fuentes del sector apuntan que los motivos esgrimidos por la empresa tienen que ver con conseguir «unos vendedores fuertes, rentables y preparados para la nueva movilidad». El presidente de la Asociación del Automóvil del Principado de Asturias (Aspa), Rogelio Cuesta, señaló que lo que se esconde detrás de la maniobra del gigante de los coches es «conseguir más beneficios de los que tienen ahora. Esto es una reconversión, una mala noticia para Asturias. Me temo que costará revertir la situación», afirmó.

El proceso que se abre ahora es una incógnita. En un clima de incertidumbre en el sector por los nuevos modelos de movilidad y la electrificación de los vehículos, los cinco concesionarios afectados en Asturias se encuentran ahora con un revés que supondrá cambios profundos. «Lo que está claro es que habrá menos actores, tanto en puntos de venta como en reparación», apunta Enrique Martínez Tuero.

El empresario asturiano señala que el sector de la distribución lleva tiempo reclamando una nueva regulación que le permita tener una posición más fuerte frente a los fabricantes. La normativa aún no ha llegado y a lo que se enfrentan ahora es a un probable proceso de fusiones y alianzas que, calculan fuentes del sector, puede poner en juego 300 de los cerca de 4.000 empleos que dependen de la distribución y reparación de automóviles en Asturias. «Nos cayó como un jarro de agua fría. No esperábamos esto, llevar una propuesta tan radical a la red comercial», afirmó el dueño de Valgisa.

Lo que el sector no tiene claro por ahora son las condiciones que planteará Stellantis a los nuevos contratos. Las opciones son muchas y pasan por reagrupar marcas, mantenerlas de forma individual o buscar incluso nuevos canales de venta, reduciendo el número de concesionarios y potenciando la muestra de los vehículos a los clientes a través de visitas virtuales. «Se pueden desprender de tanta nave y tener talleres más potentes», apuntan fuentes del sector, que no descartan la entrada de empresas de fuera de la región.

El alcance de la decisión de Stellantis trasciende las fronteras regionales. La comunicación de rescisión de los contratos ha llegado a todos sus concesionarios en España, que emplean a más de 35.000 personas en una red que supera los 1.200 puntos de venta y posventa. Faconauto, la patronal de los concesionarios de automóviles, ya ha lanzado la voz de alerta y reclama «diálogo y consenso», así como dotar de «seguridad» jurídica a estos negocios.

Desde UGT-FICA, su secretario de Política Sindical, Javier Campa, alerta del peligro que puede suponer para el empleo. «Claro que no estamos en contra de que las empresas aumenten su competitividad y que hagan alianzas, pero esto no puede ser siempre a costa del empleo».