«¿Qué puestos nos esperan en Gijón y en Avilés?»
La plantilla de Arcelor en Zumárraga realizó ayer un paro de 24 horas en protesta por el cese de actividad de la factoría
P. ARANGUREN / N. A. ERAUSQUIN
Miércoles, 13 de abril 2016, 04:09
El horno se apagó a las seis de la mañana, pero las voces de los trabajadores de la planta de ArcelorMittal de Zumárraga retumbó más fuerte que nunca. Sus 350 empleados recibieron ayer el apoyo de sus compañeros de Olaberría y Vergara. Casi un millar de gargantas reclamando que se mantenga activa la empresa, mientras que en el resto de plantas de la multinacional en España también hubo movilizaciones en contra del cese de la actividad anunciado el pasado 15 de marzo. Bocinas, eslogans y el aliento de algunos familiares que no dudaron en sumarse a la protesta, en una jornada marcada por el paro de 24 horas y la manifestación que se desarrolló por la tarde, también multitudinaria.
Manuel Somoza fue uno de los 25 empleados que trabajó en el turno de noche, el último en el horno, que se apagó con las luces del alba. «Esperemos que no sea definitivo y que se abra», señala, aunque cree que los gobiernos autonómicos tienen poco que hacer frente a las multinacionales. «Toca seguir peleando hasta el final. Se les debería caer la cara de vergüenza». Lleva diecisiete años trabajando en la empresa y tiene dos hijas de dieciocho años, con lo que apunta que en su caso no se plantea ir a Asturias, porque ellas tienen su vida aquí. «A mí supone echarme a la calle», sentencia. «Además, ¿qué puestos nos esperan en Gijón y en Avilés?. No serán los mejores y nos tendríamos que dejar medio sueldo en viajes». También apunta que las recolocaciones supondrán la destrucción de empleos temporales en las factorías del Principado.
Alberto es uno de los cientos de trabajadores que ayer se acercaron desde Olaberría. «Venimos a apoyar porque piensas que nos podía tocar a nosotros». Lleva dieciséis años en ArcelorMittal y aunque señala que su planta no parece correr peligro, «por si acaso, hay que estar atentos».
Imanol Garmendia es miembro del comité de empresa de Olaberría (LAB) y señala que lo que está haciendo la multinacional es pura «especulación». También denuncia la «política industrial que está llevando a cabo la compañía, apostando por las plantas asturianas, donde está volcando toda la inversión con la colaboración del Gobierno del Principado. Aquí están más preocupados por el Guggenheim que por una política industrial real».
Hasta el momento la multinacional ha propuesto que 268 de los 318 empleados de Zumárraga que pretende reubicar se recoloquen en las plantas asturianas y 50 en las vascas, aunque todavía no están asignados los puestos. Pero 27 tienen ya tienen un destino fijo, la factoría de Vergara, de donde salieron hace ocho años en otro proceso de traslados.
Por otro lado, el Congreso de los Diputados aprobó ayer por unanimidad una proposición no de Ley del PNV en favor de la siderurgia que pide al Gobierno que adopte medidas contra el 'dumping' chino y contra los costes «excesivos» de la factura eléctrica. El diputado de Foro, Isidro Martínez Oblanca, defendió en su intervención que este caso requiere un «ineludible pacto de Estado» por el impacto económico y social que pueden producir estas deslocalizaciones, y acusó al presidente del Principado, Javier Fernández, de no tener «ni una sola iniciativa en defensa de estos asuntos cruciales». También reclamó una «imprescindible revisión de la política energética».