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En los últimos cinco años, con la irrupción de la pandemia como evento catalizador, la inflación ha llegado a alcanzar cotas muy elevadas para ... lo que estaba acostumbrado el Viejo Continente. El estallido de la guerra de Ucrania agravó la situación y disparó los precios de las materias primas y de la energía, un problema que acabó extendiéndose a toda la economía, tal como refleja el Índice de Precios de Consumo (IPC) acumulado elaborado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Sin embargo, la evolución de los salarios no ha ido acorde al encarecimiento de la cesta de la compra de los hogares asturianos.
En concreto, la última Encuesta Trimestral de Coste Laboral, correspondiente al tercer trimestre de 2024, refleja un incremento por trabajador –el grueso del coste corresponde al salario– en Asturias del 15% respecto al mismo período de 2019. En ese espacio temporal, el IPC subió un 18,6%, lo que significa que los asturianos perdieron más de un 3% de capacidad adquisitiva real en cinco años. Sin embargo, la brecha es aún mayor si se baja al detalle. En concreto, el precio de los alimentos y las bebidas no elaboradas se disparó un 34% en el Principado, una subida de más del doble que la de los salarios, por lo que los ciudadanos han visto reducido su poder real de compra en el supermercado un 16,5%.
La inflación de los alimentos es, de largo, la que experimentó un mayor crecimiento en esos cinco años de entre todos los grupos analizados por Estadística. Por detrás se sitúa el de restaurantes y hoteles, con un alza acumulada del 22,5%. A los asturianos también les sale más caro salir a comer y cenar fuera y realizar una escapada de fin de semana. En concreto, respecto a este sector, la caída del poder de compra real fue del 6,5%. Con revalorizaciones ya cercanas a las de los salarios –e inferiores al índice general– se situaron las bebidas alcohólicas y el tabaco, con una inflación acumulada del 17,3%, y vivienda, agua, electricidad, gas y otros, con un incremento del 16,3%.
En un análisis más detallado, todos los alimentos analizados por el INE registran crecimientos de precios superiores a los de los salarios en el mismo período, a excepción de las frutas en conserva y los frutos secos que, de hecho, presentaron una caída del coste del 1,8%. En lo más alto de la tabla, con una inflación acumulada del 120%, se encuentran los aceites y grasas, mientras que el precio del azúcar se disparó casi un 80% y el de los huevos, más de un 47%. La subida en el caso de las frutas frescas fue del 41%, prácticamente la misma que la leche y que las patatas, mientras que el agua mineral, los refrescos y los zumos experimentaron un crecimiento de casi el 38%.
La carne de vacuno, así como los preparados de legumbres, elevaron sus precios en torno a un 35% en el lustro analizado, frente al 32% del pescado fresco y congelado. Asimismo, los cereales y derivados, la carne de porcino, la de ovino y los crustáceos y moluscos registraron una inflación acumulada de entre el 30% y el 32%, el café de un 24% y el pan de un 20%.
Fuera de los alimentos, los mayores incrementos en los precios anotados en Asturias por el INE en el mismo período corresponden a turismo y hostelería (23%), artículos no duraderos para el hogar (22,9%) y las prendas de vestir para mujeres (21,3%).
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