Lara del Rivero toma el relevo en el FICX
La hija de Isaac del Rivero y nieta del fundador del festival firma el dibujo que Massiel recibirá en la gala inaugural
Isaac del Rivero creó el FICX y fue un gran dibujante; su hijo Isaac continuó con la tradición familiar y las hijas de este, ... Lara y Elena, mantienen el apellido familiar anclado y ligado al mundo de la cultura, una con el dibujo y la otra, con la fotografía. Es Lara quien este año sucederá a su padre, fallecido el agosto pasado, para dibujar al ganador del premio que lleva el nombre de su abuelo en el FICX. Se afana estos días en finalizar el retrato de Massiel y lo hace con orgullo infinito. «Mi abuelo fue el fundador del festival de cine, que empezó siendo para niños y que ha evolucionado a lo que es hoy y es un orgullo para mí ser parte de esta familia y saber que ha contribuido de una forma tan chula a la escena cultural de Asturias, y mi padre continuó su trayectoria como dibujante de cómic, aunque también era profesor», cuenta ella desde Dublín, donde vive desde hace quince años.
Aún recuerda a su abuelo contando aventuras de aquellos viajes en busca de películas para traer a Gijón. Tiempos más difíciles. Y no olvida que el ejemplo de lo vivido marcó su vida. «La verdad es que tenía los ingredientes perfectos para seguir esa ruta, y mi hermana Elena también, las dos hicimos Bellas Artes», cuenta. Será Elena quien firme el próximo año ese dibujo del premiado que acompañe al galardón que se entrega en la gala inaugural del FICX. «Es una forma de honrar a nuestro abuelo y a nuestro padre y estamos encantadas», afirma Lara.
Como ella apuntaba, se formó en Bellas Artes en Salamanca, Milán y Barcelona. Más que al cómic, al que solo dedicó algunos trazos de juventud, se empleó en la ilustración y acabó trabajando durante casi seis años en la industria del videojuego. Tuvo a su hijo hace seis años y decidió hacer un parón: «Me di cuenta de que no quería que mi hijo empezara a jugar a videojuegos tan pequeño, así que estoy cambiando las pantallas por el bosque». Se ha formado para dar el salto a la docencia en una suerte de bosque escuela que saca a los niños de las aulas para que aprendan a través del juego y pasando más tiempo en el exterior.
De forma paralela a eso, ha iniciado una nueva faceta artística de manera independiente y artesana. «No quiero trabajar para otros, así que he empezado a dibujar otra vez, pero de forma diferente, para mí, y acabo de recibir mi primera caja con copias para vender», relata. Lo hace de forma manual, con lápices de colores, obviando por completo la ilustración digital y empleando incluso papeles reciclados que encuentra, de sobres, de regalos. No tienen, por tanto, esas piezas medidas estándar. Está, además, la naturaleza muy presente y siempre en formatos pequeños.
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